Diario de León

La nula previsión de Renfe lleva el caos al paso de los trenes por Pajares y congela la circulación

La primera gran helada deja atascados a tres convoyes y suma retrasos a más de 300 viajeros

Pasajeros en espera en la estación de tren de León. FERNANDO OTERO

Pasajeros en espera en la estación de tren de León. FERNANDO OTERO

León

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La primer gran helada del invierno dejó congelados este martes a los viajeros del tren en León. Pese al aviso de la Aemet de bajas temperaturas y sin mercantes por Pajares, que facilitan la limpieza del hielo de la catenaria, la decisión de Renfe de poner en funcionamiento en las relaciones entre Asturias y León los trenes 130 de alimentación eléctrica, en lugar de los híbridos, se tradujo en un caos de circulación con tres convoyes parados, más de 300 usuarios afectados por los retrasos y trasbordos en taxis para llegar a destino.

La sustitución de los trenes 130730 híbridos, que cuentan con alimentación diesel en caso de problemas, por los 130 eléctricos provocó que el año comenzara casi como acabó: con un nuevo galimatías en las vías del tren en Pajares.

La decisión quedó en evidencia a primera hora de la mañana, cuando, apenas a 20 kilómetros de la salida de Gijón, los pantógrafos se bajaron de manera automática al detectar hielo en la catenaria. Sin otra tractora, el maquinista tuvo que apañarse para reducir la corriente y pasar a alterna, pero con el condicionante de la circulación a 18 kilómetros por hora hasta León, con casi dos centenares de pasajeros por la rampa arriba del cordal que divide el Principado y León .

El problema derivó en que Renfe mantuviera tirados con temperaturas bajo cero en la estación de León a 184 viajeros que debían haber salido a las 09.51 horas y a los que luego se les pensaba sacar a las 11.13 horas con dirección a Madrid. Pero no lo hicieron hasta las 12.30 horas, con 158 minutos de retraso. Como consecuencia, la entrada en Chamartín se alargó hasta las 14.46 horas, 165 minutos más tarde de lo previsto.

La salida se resolvió después de que Renfe enviara dos trenes desde Valladolid y Madrid para poder embarcar a los usuarios hacia la capital de España. Una vez en la terminal, tras hacer el cambio de cabina y la reubicación de los usuarios, la salida se fijó a las 12.30 horas.

Los condicionantes se repitieron línea adelante. En Palencia, a los 29 viajeros afectados se les dio la alternativa en el siguiente tren hacia Chamartín. Con 5 de ellos, que tenían vuelo desde Barajas a las 15.00 horas, se optó por un taxi para enlazar con el aeropuerto.

La opción no se planteó sin embargo en León, donde también había usuarios que dieron por perdidas sus conexiones aéreas o recurrieron a familiares que les llevaran in extremis en coche para no tirar a la basura los billetes de avión.

Pero no fue el único incidente. El retraso, que se suma a la larga lista de inconvenientes en el trazado que une Asturias con León, lastrado por la falta de inversiones y la necesidad de renovación del material, tuvo dos problemas más. El Alvia entre Madrid y Gijón tuvo que detenerse en las inmediaciones de Busdongo, antes de la rampa de Pajares.

El mismo problema en los pantógrafos provocó que los 124 viajeros tuvieran que ser trasbordados por carretera hasta su destino final, después de más de dos horas y media de retraso. En el mismo punto y por el mismo motivo se quedó el regional Gijón-Madrid. La parada en Busdongo superó las tres horas, mientras los viajeros eran trasbordados en taxis.

Este miércoles se esperan de nuevo temperaturas bajo cero en Pajares. La parrilla de circulaciones entre Asturias y León tiembla.

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