Diario de León

Un barrio de pueblo

Oteruelo busca una salida

La asociación vecinal que se acaba de reactivar tras dos décadas parada «luchará» para que el Gobierno cumpla con la pedanía y haga un enlace de acceso con la LE-30, como estaba previsto

Inés, Yoli y Rosario Antolín, de la asociación vecinal Mirador de Oteruelo. FERNANDO OTERO

Inés, Yoli y Rosario Antolín, de la asociación vecinal Mirador de Oteruelo. FERNANDO OTERO

León

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En Oteruelo de la Valdoncina no hay tiendas ni escuela pero en sus calles y en su pequeño parque juegan cada día decenas de niños que «crecen en un ambiente rural» a solo unos cientos de metros del centro urbano. Esta pedanía, situada entre Trobajo del Camino y Armunia, pertenece al Ayuntamiento de León, como cualquier barrio, pero conserva la esencia de los pueblos. No hay grandes edificios y la casa más alta no pasa de las tres alturas.

Tampoco es un lugar de paso. Para llegar hasta allí solo hay un acceso, por la N-120, y un cruce «terrorífico» que ya ha causado varios accidentes. «La rotonda y una vía de salida que conecte con la ronda de circunvalación son dos reivindicaciones históricas. Vamos a luchar para que se hagan, como estaba previsto», defienden desde la Asociación Mirador de Oteruelo, que ha vuelto a reactivar un grupo de vecinos tras dos décadas parada. Su presidenta Rosario Antolín Fernández quiere que toda la pedanía colabore porque «la unión hace la fuerza». De momento son unos cuarenta socios. Reconoce que no tienen «grandes problemas», como otras zonas de León, pero sí revela una deuda «histórica» que arrastra el Ministerio de Fomento con la pedanía. «El proyecto de la LE-30 contemplaba un enlace desde Villacedré con Oteruelo por la carretera que va al cementerio, pero eso quedó sin hacerse. El anterior alcalde pedáneo Bernardo Sánchez luchó mucho durante quince años para que se hiciera y llevó la reivindicación hasta Madrid. Nosotros vamos a seguir por el mismo camino», señala la representante vecinal, que también reclama que se refuerce el transporte urbano porque «únicamente tenemos un autobús cada hora entre semana y aunque no lo usa mucha gente las personas mayores lo necesitan», justifica.

 

La calle del cementerio, sin salida. FERNANDO OTERO

Asegura que cuentan «con el apoyo del alcalde, de la junta vecinal» y de la concejala delegada de barrio, Argelia Cabado, que lleva también la cartera de Igualdad en el consistorio capitalino. «Nos hemos reunido y conocen los problemas, pero el Ayuntamiento poco puede hacer en este sentido. Los enlaces son competencia de Fomento y de, momento, solo está comprometida la rotonda de acceso. De la conexión con la ronda no sabemos nada», lamenta Rosario Antolín, que considera un «privilegio» vivir en un sitio como Oteruelo, rodeada de «paz y tranquilidad». Nada que ver con Ordoño.

Reivindicación histórica

«El Ayuntamiento poco puede hacer. Los enlaces son competencia del ministerio»

«Es un barrio con todo lo bueno de los pueblos. Es cierto que no hay farmacias ni tiendas, pero aquí sigue viniendo el panadero, el frutero, el carnicero o el pescadero. Esta zona está muy cotizada y apenas queda terreno libre. Han venido muchos matrimonios jóvenes y cada vez hay más niños, que dan alegría a las calles», describe la presidenta del Mirador de Oteruelo mientras pasea por la pedanía junto a Yoli e Inés, dos vecinas que, como ella, se han apuntado a la asociación para defender su entorno.

«Ahora necesitamos que todo el pueblo se sume y nos unamos, como estábamos en 1978, cuando se fundó la asociación, que nunca llegó a darse de baja aunque estuvo sin actividad durante muchos años. La unión hace la fuerza», insisten.

Un «privilegio»

«Esta zona está muy cotizada y apenas queda terreno libre. Han venido matrimonios y niños»

Tienen «muchas ideas» y están abiertas a cualquier recomendación o petición. De momento ya han solicitado la subvención que concede el Ayuntamiento a las asociaciones de vecinos. Quieren hacer «algún concierto o exposición» y actividades de ocio con el dinero que reciban. «Tenemos muchas ganas e ilusión y nos sentimos muy respaldadas por la junta vecinal», explica la presidenta, a la que, como al resto de vecinos, le preocupa la inminente obra para renovar el colector que, si nadie lo remedia, bloqueará la calle principal. «Van a levantar toda la calzada y no sabemos cómo vamos a poder llegar hasta nuestras casas. La carretera es muy estrecha. Si tuviéramos otra entrada no habría ningún problema», avisa.

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