Diario de León

La reactivación se aleja de la provincia

La pandemia se lleva por delante 35.224 contratos de trabajo en solo nueve meses

La provincia registró hasta octubre 71.922 acuerdos laborales, frente a los 107.146 que se firmaron en 2019

León

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El frío otoño, el confinamiento perimetral y el desplome del consumo congelan la reactivación económica de la provincia, que pagará, según avisa la Unión Europea, su dependencia del sector servicios, el más golpeado por la pandemia. Hosteleros y comerciantes no aguantan más. Tampoco los hoteles, vacíos de turistas. Algunos, incluso, han cerrado de manera temporal hasta que se levanten las restricciones.

Ni siquiera los Ertes amortiguan el impacto. En lo que va de año se han firmado 35.224 contratos menos que en los mismos nueve meses de 2019, cuando se rubricaron 107.146 acuerdos laborales, frente a los 71.922 sellados hasta el 1 de octubre. Casi todos, el 88,67%, son temporales. Y están en riesgo. Además, cuatro de cada diez empleos que se destruyeron durante la pandemia todavía no se han recuperado.

Mayo, el peor mes

En pleno confinamiento, la provincia registró 33.787 parados, 2.707 más que en septiembre

En mayo, cuando solo se podía salir de casa para realizar tareas esenciales, la provincia tenía 33.787 parados, la cifra más alta que se ha registrado desde mediados de marzo, cuando el Gobierno decretó el estado de alarma. Son 4.204 más que en el mismo periodo del año anterior. Una amplia mayoría, 22.982, pertenecen al sector servicios, que tampoco pasaba por su mejor momento antes de que apareciera la emergencia sanitaria. Otros 20.000 trabajadores estaban inmersos en un expediente de regulación temporal de empleo, renovados hasta el 31 de enero, aunque podrían ampliarse.

La situación, ahora, es menos dramática, aunque León no está lejos de esa casilla de salida. Tampoco de los despidos masivos que ya barruntan muchas empresas a las que los Ertes bonificados no les solucionan la caída de ingresos. Septiembre fue un buen mes en prácticamente toda España y en todas las provincias de la Comunidad, menos en León y Ávila.

Precarios

El 88,67% de los contratos sellados hasta el mes de octubre tiene carácter temporal

Aquí, el paro creció en 574 personas a pesar del descenso generalizado y del récord histórico que registró el país tras varios meses de subidas. El último informe del Ministerio de Trabajo arrojó un saldo de 31.080 desempleados, 1.598 más que en febrero, justo antes de la pandemia. Lo más preocupante es que la lista engordó en 3.490 personas si se compara con el mismo tramo de 2019. El crecimiento interanual es del 12,6%. Y con una tendencia alcista.

Bajó en Industria (73 menos) y en construcción (47 menos), pero aumentó, de nuevo, en el sector servicios, que sumó otros 236 parados, en Agricultura, con 333 más, y en el colectivo de leoneses que no tenían empleo anterior, con otros 125. Casi el 70% de los parados vienen de la hostelería, el comercio, la restauración o las actividades relacionadas con el turismo. Hay 927 desempleados más que hace un año en el sector servicios. Las previsiones tampoco tranquilizan a empresarios y trabajadores. La campaña de Navidad apenas suavizará los siete meses de pérdidas que arrastran los negocios.

Las ayudas no llegan para cubrir los elevados gastos y las limitaciones que imperan en estos momentos en cuanto al consumo en barra, los aforos y el horario de cierre complican el futuro de miles de empresas. León carece de un tejido industrial relevante y apoya una parte muy importante de su riqueza en las pymes.

En la cuerda floja

Solo en la provincia hay unas 4.000 licencias asociadas a la hostelería, de la que dependen 12.000 familias. El comercio, otra de las actividades con más peso en la economía local, contaba, antes de la pandemia, con 10.000 tiendas repartidas por los 211 municipios de León. De ellas viven otras 15.000 personas.

Muchas siguen cerradas, como bares y restaurantes, ahogados por el efecto de la covid en la provincia, incapaz de doblegar la curva de contagios, a pesar de ese confinamiento perimetral, que, previsiblemente, se renovará a partir del miércoles, cuando expira el plazo de catorce días.

Medio año de plazo

Las empresas podrán ajustar las plantillas seis meses después de aplicar los Ertes

Las expectativas de la patronal de cara al próximo año son, incluso, más pesimistas. Cuando expiren los Ertes, en principio el 31 de enero, las empresas realizarán ajustes más duros en sus plantillas. Otras bajarán la trapa.

De hecho, el presidente de la Asociación Provincial de Hostelería, Martín Méndez, calculó que este nuevo confinamiento perimetral se llevará por delante a la mitad de las empresas del sector. Ahora vienen los peores meses del año, cuando el flujo de turistas se relaja sustancialmente respecto al verano. Solo en la época estival llegan 600.000 foráneos del millón y medio que aterrizaron en 2019. Además, uno de cada cuatro es extranjero.

De momento el municipio de León está cerrado a cal y canto. Como San Andrés. En ningún bar de la provincia se puede consumir en la barra. A partir de las diez los restaurantes bajan la persiana y a las once no queda nadie dentro. El ocio nocturno continúa con la luz apagada. Y a las terrazas descubiertas les queda poco tiempo. Además, cuatro mil trabajadores continúan inmersos en un Erte y, seguramente, la lista del paro crecerá de nuevo en octubre, cuando el ministerio revele la próxima estadística.

No hay soluciones mágicas, aunque sí algunas medidas que han reclamado los afectados para paliar los daños de la pandemia en la cuenta de resultados. Necesitan, según trasladaron al Ayuntamiento, que se les bonifique el 95% del recibo del IBI del siguiente ejercicio. Este impuesto representa uno de los costes fijos más altos que soportan los propietarios de este tipo de negocios. También han pedido al consistorio que facilite la instalación de veladores y cenadores en los espacios descubiertos durante los meses más fríos para mantener, dentro de lo posible, la actividad hostelera.

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