Diario de León

Salarios

Las patronales creen que la subida del SMI frenará el empleo y es populista

Fele y CEL coinciden en la extemporaneidad de la medida: «Ahora no era el momento»

Un trabajador se emplea en una obra. ANGELES VISDOMINE

Un trabajador se emplea en una obra. ANGELES VISDOMINE

León

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La subida del Salario Mínimo Interprofesional (SMI) no destruirá empleo, pero será una losa para la creación de nuevos puestos de trabajo, además de erigirse en una medida populista. Así lo cree la patronal leonesa. Javier Cepedano (Fele) entiende que no era el momento y Jorge Vargas (CEL) cree que se va a lamentar su aprobación.

El Salario Mínimo Interprofesional subirá este año, haya o no acuerdo con los agentes sociales, después de ocho meses congelado en 950 euros al mes a consecuencia de la pandemia. «Las circunstancias por las que pasa la pequeña empresa no lo hacen aconsejable», según Cepedano. «Las formas tampoco han sido las adecuadas, lo han sacado de la manga sin diálogo social, es un despropósito. Lo que hay que hacer intentar recuperar a las empresas y para eso la única vía posible es mantener criterios uniformes de prudencia con bajada de impuestos, no hace falta subvenciones, favoreciendo la actividad económica».

Consecuencias

«Lo único que van a conseguir es aumentar la economía sumergida, no tiene sentido hacerlo»

Todavía hay empresas que no se han recuperado de la crisis de 2008 «y el 95% son de menos de diez trabajadores. Han hecho una medida populista, como vienen haciendo con todo. El problema es que se va a aprobar y va a generar más economía sumergida, que va a crear más diferencias entre los que cumplen la ley y los que no», asegura el presidente de Fele.

Cepedano recuerda que Antonio Garamendi (Ceoe) vaticinó posibles despidos: «Yo creo que más bien, lo que va a ocurrir es que se va a dejar de crear empleo, habrá un frenazo y más contratos temporales o medias jornadas para abaratar el coste laboral».

Vargas habla de una decisión tomada en un mal momento: «No es ahora cuando hay que hacerlo. Estamos en un momento crítico y lo único que se conseguirá es presionar a las pymes y dificultar la situación económica. Es un aumento de los gastos estructurales de las empresas, a los que hay que añadir la electricidad, los carburantes y los impuestos. Debería de llevarse a cabo en una situación de bajo desempleo y de altas tasas de actividad económica. Al final lo que haría esta subida es dificultar la contratación de trabajadores. No es el momento de abrir este debate».

No hay un cálculo de la cantidad de puestos de trabajo que se podrían perder por esta iniciativa: «Estamos ultimando el barómetro de la confianza empresarial y una de las preguntas será este tema. No está aprobado pero es una prerrogativa del Gobierno, que es quien decide esto, las reuniones son inútiles».

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