La paguilla de los pensionistas inyecta este mes casi 32 M€ en la economía de la provincia

En plena cuesta de enero para casi todos los mortales, los pensionistas leoneses acaban de ingresar un aguinaldo medio de 236 euros. La famosa paguilla de inicio de año, que sirve para compensar la pérdida adquisitiva de este colectivo en 2021 por el incremento del IPC por encima del de sus pensiones, comenzó a llegar a sus bolsillos el pasado día 20, según el banco al que estén adscritos, y concluyó ayer.

En conjunto esos ingresos suman casi 32 millones de euros, ya que el grueso de los 140.568 pensionistas leoneses tienen derecho a esta extra en enero. Solo 7.000 incapacitados por accidente laboral o enfermedad profesional no la perciben ahora, porque se prorratea en sus doce mensualidades. Según explica el secretario de acción sindical de UGT en Castilla y León, Raúl Santa Eufemia, la paguilla permite a los pensionistas mantener el poder adquisitivo y representa aproximadamente un 1,6% de lo percibido por ellos a lo largo de 2021. Unas nóminas que superan los 2.100 millones de euros y que salen de las arcas públicas.

La estadística muestra que aunque León acapara el mayor número de pensionistas en la Comunidad, la prestación media es de 1.072,88 euros, la cuarta en cuantía de la autonomía por detrás de Valladolid (1.200,12 euros); Burgos (1.156,54 euros) y Palencia (1.103,82 euros). También refleja que la mayor parte de las pensiones de la provincia son por jubilación, 86.372 (un 61,44%). Junto a ellas se contabilizan 35.241 personas viudas, 4.164 huérfanos, 1.062 con pensión en favor de familiares y 13.738 por incapacidad permanente (pero se estima que solo la mitad de éstos, que lograron la incapacidad por enfermedad común o accidente no laboral, perciban la paga).

Como curiosidad, la paguilla que acaban de recibir los pensionistas para compensar el aumento de los precios dice adiós y será la última tras 37 años, ya que la reforma del Gobierno prevé que a partir de ahora la revalorización de las pensiones se realice en función del índice de inflación del año anterior, y no sobre una previsión que luego se corrige.

El cobro extraordinario se fijó en 1985 como una garantía para que las pensiones no perdieran poder adquisitivo si la inflación subía más de lo previsto. En 2011 el Gobierno congeló las pensiones (salvo las mínimas y las no contributivas) y la paga no se reinstauró hasta 2018.

Además, el Consejo de Ministros aprobó ayer subir las prestaciones contributivas un 2,5% y un 3% las pensiones mínimas y no contributivas para así cumplir con otro de los mandatos del Pacto de Toledo: garantizar el poder adquisitivo de los mayores.

De esa forma, los jubilados tienen este mes en el bolsillo casi 50 euros más que en diciembre, lo que supondrá cerca de 700 euros extra al año, con lo que la nómina de este colectivo se eleva por primera vez en la historia hasta los 1.245,9 euros. Incluso esta cuantía roza los 1.400 euros para los jubilados del Régimen General, que pasarán a cobrar 1.396,22 euros al mes con la nueva actualización. Por el contrario, la pensión media para los autónomos ni siquiera llegará a los 830 euros, 33 euros más que el año pasado.

Si además de la jubilación se incluyen todas las clases de pensiones (viudedad, incapacidad permanente, orfandad y en favor de familiares) la pensión media del sistema se sitúa en enero en los 1.082,98 euros, 43,44 euros más que en diciembre y un incremento del 5,33% en el último año. Los viudos y viudas tendrán que conformarse con un alza de 31,23 euros al mes, que llevará su prestación a superar los 774 euros, mientras que los beneficiarios de una pensión por incapacidad permanente ingresarán 1.034 euros al mes después de que por primera vez su nómina traspase la barrera de los 1.000 euros. El agujero de la Seguridad Social se situará a cierre de año en 12.000 millones, la cifra más baja desde el año 2013.