Diario de León

Entrevista | Francisco Javier Jimeno, nuevo abad de la Cofradía del Dulce Nombre de Jesús Nazareno

«Personalmente me gustaba más la otra forma del Encuentro»

Francisco Javier Jimeno será el domingo nuevo abad. FERNANDO OTERO

Francisco Javier Jimeno será el domingo nuevo abad. FERNANDO OTERO

León

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Acata el nuevo diseño del Encuentro, aunque le gustaba más la fórmula tradicional. Advierte de que la remodelación de Santa Nonia es asunto de la Junta de Iglesia, no de las cofradías. Reconoce una caída en las altas por culpa de la pandemia y pide al Nazareno que dé a León la ocasión de recuperar las procesiones en 2022.

 

En las horas previas se le agolpan las sensaciones: “No te puedes imaginar la cantidad de imágenes, situaciones y vivencias que se me vienen a la cabeza, más después de estos dos años. Es un cúmulo de ilusión pero también de responsabilidad y de incertidumbre porque no sabemos qué escenario nos vamos a encontrar. No sabemos si la procesión será como la conocíamos, si nos acortaran el recorrido, si será con braceros o sin ellos como en Jaén, si habrá música o qué nos vamos a encontrar. La referencia es San Froilán y el Ayuntamiento ya ha dicho que no se va a hacer nada en el casco antiguo. El hermano Tomás Castro ha tenido que repetir abadía por este motivo de la pandemia. No hemos conocido suspensiones de las procesiones más que de situaciones de guerra”.

 

Si todo saliera bien podría ser un acontecimiento histórico: “Aquí hay dos corrientes, los que piensan que no se van a llenar los pasos y que se va a dar de baja mucha gente de las cofradías, que habrá almohadillas vacías en los pasos y luego está la contraria, que es la que yo pienso, que va a haber una avalancha y va a ser una explosión. En el momento que haya el primer acto en el que se pueda sacar un paso a la calle va a ser espectacular. Yo espero una avalancha de hermanos y que aumente el número de altas en la cofradía. Cada vez que ha habido un concierto en una población pequeña se ha llenado y aquí va a ser igual”.

La pandemia ha tenido afectación en las altas y bajas: “Por ese tema me he interesado yo. En los últimos años, cada abadía ha sufrido entre 130 y 150 bajas Y este año estamos más o menos igual. El problema es que no se han registrado las altas habituales, que yo lo achaco al problema de la España vaciada. Yo me dedico a ello y las aulas ya no están tan llenas como antes de niños, eso afecta a todo y también a las cofradías”.

Respecto al nuevo formato del Encuentro, “fue una decisión que se tomó en la cofradía antes de la pandemia. Como dijo el hermano Tomás Castro entonces, cuando se lo propuso a la Junta General Extraordinaria, sería una prueba que si no funcionaba podía tener vuelta a lo anterior. Pero han pasado dos años en los que no habido procesiones, no hemos podido participar. Podría ser que volviéramos a la normalidad y que aparezca una nueva variante del virus y en estas circunstancias no se puede privar a los hermanos ni a la ciudad de León de todo lo bueno que tienen nuestra historia y nuestros actos. La Ronda, las procesiones y todo aquello por lo que nos han dado el título de Interés Turístico Internacional. Y aquí incluyó El Encuentro. Personalmente a mí me gustaba más la anterior configuración del Encuentro.

Respecto a

Santa Nonia, asegura que necesitaba una reforma “si o sí, porque eran muchos años sin acometerla, se estaban filtrando muchas humedades y goteras, el sistema de calefacción estaba consumiendo muchísimo gasto y suponía un gravamen importante para la cofradía. Había que hacerlo como fuera y es un tema de Junta de Iglesia, que no solamente interviene el Dulce Nombre de Jesús Nazareno. Son ellos quienes deciden qué reformas hay que afrontar, la Junta de Seises aprobó los presupuestos y nada más. Era necesario, el tejado se nos caía y lo que hay debajo, que es nuestro patrimonio no se puede poner en peligro, por lo que la cofradía ha querido contratar lo más vanguardista y las obras hay que valorarlas cuando están terminadas. El día 15 se reúne la Junta de Iglesia con los técnicos y el jueves 16 se va a presentar a los medios de comunicación y a las dos juntas. Es cuando nos van a explicar qué es lo que ha sido la obra y como ha sido acometida y el resultado final. Ahí podremos valorar y decidir si ponemos esta luz o la otra y con qué intensidad. No puedo decir otra cosa”.

Entre los grandes retos de esta abadía se marca “sacar la procesión, recuperar la normalidad y mantener el patrimonio artístico y humano, trabajando con la bolsa social que en los últimos años ha exigido un esfuerzo importante. Tengo muy en mente atraer a la gente joven, lo que pasa que es un reto muy difícil, no solamente es cuestión de las cofradías, sino de la iglesia en general. Tenemos que ser capaces de llevarles el mensaje del Reino a los niños. Damos muchas vueltas a la forma de hacerles atractivo todo esto, el amor de Jesús es lo que hacemos con las procesiones y las cofradías. Queremos que los niños también quieran pertenecer a la Cofradía del Dulce Nombre Jesús Nazareno y es un reto muy grande que supongo que comparte también la iglesia porque hay aspectos de ello en los que hay crisis”.

Hay futuro y relevo generacional. “En el ámbito de los que ya estamos dentro, está perfectamente cubierto e incluso tenemos problemas. Donde veo más complicaciones es que llevamos dos años sin que los niños tengan la posibilidad de ver una procesión, un acto exterior y entonces la gente que no tiene familia en una cofradía, no tiene hijos que hayan visto una procesión y que quieran participar. Entre mis vivencias me acuerdo de estar jugando en el pasillo con mis hermanos, cuando mis padres nos hacían los capirotes con el calendario y con mi padre iba a ver las procesiones, hasta que falleció cuando yo tenía cinco años. Cuando la procesión la llevaba el piquete de la Guardia Civil, me sacó mi padre prácticamente debajo de un caballo y es un recuerdo que tengo grabado. Quise formar parte siempre de la cofradía y lo vi clarísimo cuando pasó el Nazareno Mis vivencias en la procesión son vivirlas al lado de mi padre, y cada vez que me pongo la túnica, mi padre la lleva conmigo. Imagínate este domingo lo que va a ser para mi padre desde el cielo verlo todo”

Asumir el cargo de abad es un sacrifico: “Sabes a lo que te enfrentas. Cuando llegue en 2014, me lo propuso el hermano Antonio Marne Santamaría y no podía decir que no. Soy bracero titular del Nazareno y que te llamen para formar parte de la Junta de Seises supone un esfuerzo de muchos aspectos, de tiempo, de familia y etcétera” En cuanto a los momentos de la Semana Santa “quedarse con uno solo es muy complicado. Me parece muy especial pujar con mi hijo de ocho meses en el brazo pujando la calle Ancha. En La Verónica he descubierto que también hay otra cofradía, es espectacular. Mi hijo pujó por primera vez siendo todavía bandera. Me gusta el canto de las Clarisas y de todos los instantes me quedo con la entrada por la Plaza del Grano a primera hora de la mañana, cuando casi siempre está el mismo público viendo la procesión y te vas fijando en los que ya no están”.

Y un deseo es…. “lanzar un mensaje de esperanza a los hermanos. Estamos en el 80 % de vacunados y las variantes ya me suenan muy extrañas, pero quiero mandar un mensaje de esperanza para que todo vuelva a la normalidad porque llevamos más de 400 años haciendo esto y hemos superado situaciones mucho peores. Las francesadas, la guerra civil… Fueron situaciones complicadas pero las hemos superado y ésta también. Nuestro Padre Jesús Nazareno tiene que darnos la oportunidad de volver a la normalidad en las procesiones de 2022”.
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