Diario de León

Tribunales

Piden 27 años de cárcel para el monitor deportivo acusado de abusos sexuales

La Audiencia lo juzgará los días 14 y 15 de junio investigado por seis casos diferentes

El acusado, a su salida de prisión el 28 de noviembre de 2017. MARCIANO PÉREZ

El acusado, a su salida de prisión el 28 de noviembre de 2017. MARCIANO PÉREZ

León

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La Audiencia Provincial juzgará los próximos días 14 y 15 de junio a través de su Sección Tercera al monitor de las escuelas deportivas municipales de León acusado de abusos sexuales sobre seis niños y para el que el Ministerio Fiscal solicita penas que suman 27 años de prisión por cinco delitos contra la libertad sexual, de otros tantos tipos diferentes.

De acuerdo al escrito de calificaciones provisionales emitidas por el Ministerio Público, el acusado fue monitor de las escuelas deportivas del ayuntamiento de León entre los años 2006 y 2017, y trabajó como monitor de baloncesto en diferentes colegios públicos y concertados así como en institutos, lo que le permitió entrar en contacto con diversos menores a los que pedía el número de teléfono o con los que había contactado a través de diversas redes sociales procediendo con la finalidad de satisfacer sus deseos sexuales a tener conversaciones con los menores sobre si se masturbaban y solicitarles también fotos donde aparecerían desnudos.

Relata la fiscalía que entre los días 18 de septiembre de 2016 y 22 de mayo de 2017, utilizando un móvil ,mantuvo con un menor conversaciones mediante envíos de WhatsApp a través de redes sociales en las que el acusado pedir al menor que se midiera el pene con una regla y a la vez le preguntaba si se masturbaba y como lo hacía. El menor nunca le envío ninguna foto pese a que le ofreció la clave para acceder a la Wi-Fi del colegio y le regaló un teléfono móvil.

Consecuencias
El Ministerio Fiscal añade una indemnización de 1.000 euros a cada niño por los daños morales

Con un segundo acusado, hermano del primero, siguió la misma técnica, pero no logró que le remitiese el material que le había solicitado, a pesar de que el sospechoso fue muy insistente a la hora de preguntar cuando había comenzado a masturbarse.

Dice la Fiscalía que hubo un tercer menor, con el que procedió en términos similares y le preguntó constantemente si le gustaban los chicos a las chicas y a la vez le pedía fotos en pantalón corto haciendo ejercicio para que se le vieran los músculos. El pequeño se sintió incómodo ante el cariz de las conversaciones y bloqueó al acusado sin acceder al envío de las fotos. A un cuarto menor, le exigió fotos en las que se le vieran los abdominales y le preguntó si le había crecido el pene, por lo que pedía fotos de su miembro viril, algo a lo que no accedió al pequeño.

Hubo un quinto menor al que pidió también fotos de su cara y al suponer el pequeño creo que se le pedía era una foto desnudo, no se la envío.

Por otra parte, la fiscalía destaca que con la finalidad de satisfacer sus deseos sexuales, el sospechoso invitaba a menores de edad a su domicilio y hacía que durmieran en la misma cama que él, hecho que aprovecho para llevar a cabo actos supuestamente delictivos.

Así en diciembre de 2016 invitó a un niño de ocho años a pasar un fin de semana en casa del sospechoso, durmiendo en su misma cama y aprovechando que el pequeño estaba dormido le bajo el pantalón del pijama y comenzó a tocarle los genitales, haciéndole daño por lo que el menor se despertó y pidió al acusado que parase.

El procesado tenía acogido a un menor por disposición de la Gerencia Territorial de Servicios Sociales de la Junta de Castilla y León, por lo que dormían en el mismo domicilio junto con otro niño. Durante los años 2015, 2016 y 2017 le realizó tocamientos en sus órganos genitales y le masturbó, procediendo el menor a devolverle la maniobra porque entendía que debía corresponderle de la misma forma.

SITUACIÓN VULNERABLE

El acusado cometido estos hechos «aprovechándose de la situación de vulnerabilidad en la que se encontraba el menor por la situación familiar de este, y por estar en régimen de acogida con el acusado». También con otro niño, que tenía entre 11 y 12 años, aprovechó supuestamente una de las ocasiones en las que estaba su cama para bajar el pantalón del pijama y el calzoncillo y practicarle una felación, momento en el que el menor se despertó y pidió al investigado que le dejara en paz. El sospechoso permaneció en prisión desde el día 31 de mayo de 2017 hasta el 28 de noviembre del mismo año.

Por los primeros cinco delitos se piden 20 meses de prisión para cada uno y la prohibición de alejarse a los dos hermanos y a los otros tres niños que resultaron víctimas de sus maniobras. Por el segundo delito se solicita una pena de cuatro años de prisión, por el tercero seis años de cárcel y por el cuarto nueve años de prisión, además de una indemnización de 1.000 euros para cada niños por los daños morales.

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