Diario de León

UN BARRIO ENTRE DOS MUNICIPIOS

Pinilla abrirá ‘una embajada’ en León

La asociación de vecinos con sede en San Andrés pide ayuda al Ayuntamiento de la capital para resolver los problemas de un barrio con 1.500 de los 3.400 residentes en suelo de la ciudad. La respuesta: que abran otra base en León

San Ignacio de Loyola posee vecinos en suelo de León y de San Andrés. M.P.

San Ignacio de Loyola posee vecinos en suelo de León y de San Andrés. M.P.

León

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El populoso barrio de Pinilla , con personalidad suficiente para asentarse a caballo entre los municipios de San Andrés del Rabanedo y León, sin perder su identidad y su historia, abrirá ‘una embajada’ en la capital. La idea surgió tras una conversación con el Ayuntamiento de la ciudad, donde el presidente de la organización vecinal, David Martínez, y otros miembros acudieron a pedir ayuda para solventar algunos de los problemas de la zona y para recibir un espaldarazo a sus actividades .

Fiestas, actuaciones de magia y música, excursiones, cursos, pero también iluminación, saneamiento, tráfico, acondicionamiento de parques, de un carril-bici e impulso a la actividad comercial son algunas de la cuestiones comunes para las que reclaman colaboración. «Nos contestaron que como tenemos la sede de la asociación vecinal en San Andrés del Rabanedo no pueden apoyar, pero sí si estuviera en León», explica Martínez.

La Casona, todo un símbolo. RAMIRO

La Casona, todo un símbolo. RAMIRO

De modo que empezaron a cavilar en la posibilidad de desdoblar la sede, al igual que el barrio se despliega entre los dos municipios. «Abrir dos asociaciones supone multiplicar los gastos de alquiler, luz, calefacción..., así que nos planteamos mejor que sea una delegación aprovechando la vivienda de uno de los miembros de la organización en La Raya con León, que funcionará como un consulado, una embajada en León», señala.

Y es que Pinilla no se resigna a perder su papel protagonista. Agarrado desde el año pasado a un ambicioso proyecto para transformar este barrio obrero y superenvejecido en una ciudad del bienestar, ya se han rehabiltado 32 de las 938 primeras viviendas que engloba el Área de Regeneración Urbana con impulso de San Andrés, la Junta y el Ministerio de Fomento.

La modernización ha continuado con el arreglo del parque Burbia y de la casa de cultura y la rebaja de bordillos. La idea del proyecto no es solo mejorar fachadas y darles un barniz actual, sino aplicar un planteamiento urbanístico profundo que llegue a facilitar la vida a los vecinos borrando de su vista barreras y salpicando el entorno de espacios verdes que sustituyan el cemento. De hecho, el simple gesto de rebajar aceras evita caídas y favorece el tránsito de sillas de ruedas. Los estudios con cámaras termográficas, geógrafos y sociólogos avalaron la urgencia de transformar el barrio por la elevada tasa de envejecimiento de su población, ya que los mayores de 64 años suponen el 41,75% de los moradores y los mayores de 75 años el 29,36%.

También influye la elevada antigüedad de las viviendas (45 años de media) y la superficie (67 metros cuadrados). La primera fase engloba al gigantesco edificio de La Casona, todo un símbolo de Pinilla construido en 1973 con materiales deficientes y aquejada de humedades. La pretensión es mejorar su fachada para aislar las viviendas del frío y del calor, nada menos que casi 290 en trece plantas.

Casas con jardín típicas del barrio. M.P.

Casas con jardín típicas del barrio. M.P.

Si la rehabilitación del barrio avanza, la del ambulatorio al que están asignadas 20.000 cartillas goza de peor suerte y lleva encallada un año. La asociación, muy activa, ha planteado para este miércoles una protesta para que se reanude una obra indispensable. Martínez confía en lograr eco con sus peticiones en el Ayuntamiento de León. La concejala Argelia Cabado, responsable del barrio, el Crucero y Oteruelo, les dio buenas palabras. Le explicaron que entender Pinilla es comprender sus seis fases.

Las primeras llaves se entregaron en 1947 impulsadas por el primer gobernador nombrado por el Caudillo, Carlos Pinilla Touriño, que había aterrizado terminada la Guerra Civil en una provincia empobrecida y con una altísima tasa de paro. Con todo el poder que le daba el nuevo régimen, apostó por construir viviendas populares, llamadas en la época «ultrabaratas» por medio de la Obra del Hogar Nacional Sindicalista. Para ello adquirió 300.000 m2 en la periferia de la ciudad para levantar 750 casas. Las tres primeras fases fueron de viviendas unifamiliares y fincas cada vez más pequeñas. La cuarta ya de bloques de tres alturas con diferentes medidas según se fuera más o menos afín al Sindicato Vertical. La quinta acogió a los desalojados de Riaño por el embalse con cuatro alturas y la sexta se situó junto al antiguo paso a nivel. León olvidó al hombre, pero no su nombre, que lleva todo el barrio y una glorieta.

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