Diario de León

Urbanismo

El plan pedido a la UE incide en la brecha de 4.056 € por hogar de los barrios del norte

La estrategia propone recuperar el Abella como incubadora para proyectos culturales y creativos de teletrabajo en locales y viviendas

El antiguo cine Abella, situado al final de Padre Isla, se cerró en el año 2000.

El antiguo cine Abella, situado al final de Padre Isla, se cerró en el año 2000.

León

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La brecha no se queda tan sólo en la tipología urbanística. La diferencia se hace patente en el análisis de los datos económicos. Ahí han recurrido los técnicos municipales para fijar el escenario de la nueva estrategia de solicitud de fondos europeos en los barrios del norte, que propone recuperar el antiguo cine Abella para «dar cabida a una incubadora de barrio, constituida por un conjunto de 10 locales en desuso situados en la zona norte de la ciudad, que serán alquilados y acondicionados para alojar proyectos de incubación empresarial en el ámbito de las industrias creativas y culturales». Para abundar en las actuaciones puestas en funcionamiento con el proyecto Edusi, que empleará 28 millones de euros en este entorno, la mitad de ellos de dinero comunitario, el Ayuntamiento de León quiere que la convocatoria del Urban Innovations Actions (UIA), el programa pensado para auspiciar iniciativas como laboratorio urbano de Europa, mire de nuevo a este área para favorecer la «cohesión social» y frenar las «desigualdades». Por delante queda el reto de atenuar una sima en la que justifican los profesionales del consistorio la elección: los 4.056 euros que hay de diferencia entre la renta media de los hogares en la ciudad, que es de 8.937 euros, y la que presentan los asentados en los distritos septentrionales del municipio, apuntada en 12.993 euros.

El indicador toma como referencia un hogar medio de 2,7 personas, lo que deja unas rentas por 3.310 euros por cada uno en la zona norte y 4.810 en la media del municipio, muy por debajo de los 10.708 de la media nacional, como se reseña en el argumentario de la propuesta presentada a la Comisión Europea, que cuenta con 6 meses para decidir si León merece ser beneficiario del plan, dotado en total en su quinta convocatoria con 50 millones de euros. El documento incide en escoger «el reto demográfico» dentro de los abiertos por la UE para actuar. Los profesionales del consistorio citan que «la población ha descendido un 6,89%, 9.240 personas, valor muy por encima del contexto de su área urbana funcional, 7.199 personas o 3,30% menos, pero cercano al de la provincia y la comunidad, con pérdidas del 6,40% y el 5,39%, respectivamente, y contrario al de España, en el que la población ha aumentado el 0,80%». Sobre estos números se incide en que «la población menor de 55 años ha disminuido» de manera especial y se subraya que «la franja de 20 a 44 años es la que mayores pérdidas registra, con 10.673 personas menos», lo que ha hecho que pase de «representar el 33,46% del total al 27,39%». Frente a esta bajada, el informe recoge que «la población mayor de 55 años ha aumentado en 2.629 personas», con un ascenso porcentual del 22,82% al 26,62% del total». Por si no fuera suficiente, se apunta además que «el desempleo del área urbana de León ascendía a 13.404 personas en marzo de 2019», por encima de «los 10.342 del año 2008 y los 5.205 de 2006».

El plan insiste en que el sector de las industrias creativas y culturales es ideal para retener talento

La argumentación demográfica y económica sustenta la necesidad de actuación del plan, como se describe en el documento redactado por las arquitectas del Instituto Leonés de Renovación Urbana y Vivienda (Ilruv) Begoña Gonzalo, Mónica Prada y Enery Acevedo. Las profesionales del consistorio insisten en que «León se enfrenta a una severa disminución de la población y a una falta de tejido económico grave que reduce las posibilidades de retención de jóvenes con talento», lo que «produce un envejecimiento de la población, que afecta a la disponibilidad de servicios sociales y de salud, e influye en la evolución del mercado laboral en el que la población activa se reduce y dificulta el desarrollo económico y sostenible de la ciudad». «La ciudad de León es un caso paradigmático de shrinking city (ciudad en disminución), que pertenece claramente a la denominada España Vacía. Cada problema genera o agrava otros en un círculo vicioso típico de las shrinking cities . El desafío es salir de este círculo», señalan las profesionales del ente urbanístico, que apostillan que el objetivo «será posible encontrando un compromiso entre su cultura, historia y patrimonio, que le han otorgado una identidad propia y un alto sentido de pertenencia a la ciudadanía, con el desarrollo de una nueva economía tecnológica que posibilite nuevas formas de trabajo».

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