Poca tasa de éxito a pesar de los 1.443 contratos de noviembre
En León fueron contratadas, en el mes de noviembre, 1.443 personas de entre 16 y 29 años —considerada una parte de la población joven, la otra oscila entre los 30 y los 34—. Si se toma como referencia la provincia, el total asciende a 2.738, según datos de la Gerencia Provincial del Ecyl. Aunque la estadística parece reveladora, lo cierto es que Castilla y León es la tercera comunidad autónoma, por detrás de Andalucía y Cantabria, donde más cuesta a los jóvenes salir de casa de sus padres y emanciparse. Tan sólo el 15,4% de la población joven ha logrado independizarse, según reflejó el último Observatorio de Emancipación Juvenil que realiza temporalmente el Consejo de la Juventud Española. El balance, correspondiente al primer semestre del 2019, deja un descenso de hasta cuatro puntos con respecto al año 2018. Por género las mujeres son las que primero toman las riendas de su vida, un 20% estaban emancipadas en junio de este año, frente al 12% de hombres.
condiciones adversas
Una de las principales causas que complican la vida independiente es la escasez de recursos económicos para adquirir una vivienda o alquilarla. En Castilla y León, a un joven asalariado le cuesta el acceso a la compra de una vivienda libre un 40-50% de su sueldo, mientras que el acceso al alquiler de una vivienda le supone un 60%. En cuanto a la capacidad adquisitiva, el mínimo de ingresos que necesitan para comprar ha de situarse entre 55.000 y 70.000 euros, algo inalcanzable para muchos. El salario neto anual que tiene un joven de la Comunidad es de 10.000 euros, mientras que los ingresos netos en un hogar joven asciende a los 20.000 euros al año. Ambas cifras están por debajo de la media española. Por otro lado y de forma paralela, la falta de oportunidades laborales marca los retrasos en la edad de emancipación. A pesar de que en el segundo trimestre de 2019 la tasa de actividad de gente joven superó el 50%, la tasa de paro llego al 21%, y la de empleo se atascó en un 45%. Por último, cabe destacar que del total de la población joven ocupada, el 12% lo hace en condiciones de precariedad. Así, Castilla y León se suma a la tendencia nacional: sólo el 18,5% de las personas entre 16 y 29 años en España estaban emancipadas hasta junio, el dato más bajo de este Observatorio y que no se veía desde 2002.
La vicepresidenta del Consejo de la Juventud Española, María Rodríguez Alcázar, ha destacado que no todas las salidas del hogar se traducen en independización satisfactoria. «No es lo mismo una emancipación con garantías y estabilidad laboral o salarial, que una precaria, como quienes abandonan su ciudad de origen buscando una mayor amplitud», explica. «En ese caso, las personas jóvenes se ven abocadas a una emancipación forzosa cuando las condiciones no son ideales para ello y esta precariedad se sostiene en el tiempo, porque su capacidad de ahorro desaparece al tener que mantenerse constantemente por encima de lo que se consideraría un coste de vivienda asumible», concluye.