Diario de León

Polonia honra a un leonés

El presidente Kwasniewski concede el Lauro de la República al filólogo Fernando Presa González por divulgar la cultura de esa nación del este de Europa fuera de sus fronteras Las vivencia

El filólogo de lenguas eslavas, Fernando Presa, de Valderas, posa en la plaza Castilla de Madrid

El filólogo de lenguas eslavas, Fernando Presa, de Valderas, posa en la plaza Castilla de Madrid

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J. De Vega - corresponsal | madrid
León

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Cuentan de un catedrático sudamericano que una vez dijo: «En la vida académica los premios son un accidente de trabajo». Siguiendo estas palabras, se puede decir que un joven filólogo de la localidad leonesa de Valderas, con 42 años y de la que ha sido «hijo ilustre», se ha dado el gran «batacazo» de merecer el Lauro de la República de Polonia, que «antes que un premio o condecoración es un reconocimiento» del Estado polaco a aquella persona foránea que más y mejor divulgue la cultura de esa nación fuera de sus fronteras. Fernando Presa, coordinador de Filología Eslava y vicedecano de la Facultad de Filología de la Universidad Complutense de Madrid es el primer español en recibirlo. Hoy mismo se lo entrega en mano el primer ministro de la República de Polonia, Alexander Kwasniewski, en sus aposentos presidenciales del Palacio Belweder de Varsovia. No es la primera vez que tiene el honor de recibir un reconocimiento de estas dimensiones. En 1996, el mítico líder sindical de los astilleros de Gdansk, fundador del colectivo Solidaridad y Premio Nobel de la Paz, Lech Walesa, le concedió la Cruz de Caballero de la Orden del Mérito. Puente cultural Fernando es un personaje laureado en Polonia por haber servido de puente cultural entre ese país, el más extenso y poblado de los últimos diez incorporados a la Unión Europea, y el nuestro. Es autor de obras como Poesía polaca contemporánea e Historia de las literaturas eslavas, de un diccionario Español-Polaco, y de numerosas traducciones y ediciones bilingües de pequeñas joyas de la poesía polaca, como Guijarros, de Konstanty, o los Poemas escogidos, de Lukasiewicz. «No estaba en mi cabeza ser el primer español en recibir este reconocimiento», explica Fernando Presa, «que tiene forma de diploma o de pergamino», probablemente con el símbolo nacional: un águila blanca sobre fondo rojo. La primera noticia La embajadora polaca en Madrid, Grazyna Bernatowicz, se lo comunicó a finales de agosto. Ahora permanecerá allí cuatro días, en los que va a asistir a otro acto en la Universidad de Cracovia. «Viajé a Polonia cuando me licencié, a impartir clases de español y literatura castellana en la Universidad de Varsovia. Pero volví a Madrid cuando se creó la licenciatura en filología eslava, de la que soy profesor». Dice que, en esa época, los polacos desconocían casi todo sobre España, «igual que a la inversa», y que la gente le preguntaba si León estaba al norte o al sur. Ahora es diferente. Desde que se restablecieran las relaciones diplomáticas polaco-españolas en 1977, éstas son bastante dinámicas y fluidas. Relaciones bilaterales Hoy en día, Polonia es nuestro mayor socio económico en la Europa Central y del Este. Pero sobre todo predominan las relaciones culturales y científicas. Como explica este leonés, «entre el 2001 y el 2002 se celebró aquí el Año de Polonia, con 130 acontecimientos culturales». Fernando participó activamente desde su cátedra y su buena relación con la embajadora. Más recientemente, las tropas españolas estuvieron bajo el mando de las polacas en Irak, y el primer ministro Miller vino a España para asistir a los funerales de las víctimas del 11-M, entre las que había cuatro ciudadanos polacos. «Lástima que nosotros no hayamos cumplido nuestra parte del pacto cultural», lamenta Fernando. «Ambos gobiernos acordaron incorporar los dos idiomas a la enseñanza primaria y secundaria de España y Polonia. Allí se hizo y el español es la segunda lengua más demandada». En Polonia se imparte español en institutos de Varsovia y Cracovia. «Pero en España hay muy poca demanda de esta lengua, aunque en Alcalá de Henares existe una comunidad polaca de más de 20.000 ciudadanos. Lamenta que, «al contrario que en España con el polaco, en Polonia sí hay una verdadera infraestructura del español». Viene a León ocasionalmente, como a Polonia. Ha participado alguna vez en actos culturales organizados por la Universidad de León, pero sin vínculo. Hoy disfruta al recordarnos desde el encerado que Nicolás Copérnico, Federico Chopin, Joseph Conrad y madame Curie son solamente algunas de las muchas figuras que han dejado una huella en la vasta herencia cultural polaca.

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