Diario de León

Henar García Casado | Directora del Centro Penitenciario de Villahierro

«Queremos seguir haciendo historia, la creatividad y la valentía son nuestras señas»

Henar García, en un momento de la entrevista. FERNANDO OTERO

Henar García, en un momento de la entrevista. FERNANDO OTERO

León

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De ser la psicóloga del centro de toda la vida ha pasado a convertirse en directora. Villahierro tiene nueva cabeza visible pero mantiene el mismo equipo al frente. Y esa es la clave.

—¿Cuál es su trayectoria en la casa?

—Estudié Psicología, y después Criminología. Vine a hacer prácticas cuando era estudiante y después ya enlacé y me quedé como voluntaria de la Asociación Castellana y leonesa de Ayuda a Drogodependientes (Aclad), y ya empecé a trabajar con Cruz Roja. Con la oposición uve mucha suerte porque no es normal que el destino de prácticas sea León, el primer destino sea León y que acabe aquí. Me queda la cosa de no conocer otras formas de trabajar en otros sitios. Así es la vida. Luego fui subdirectora de tratamiento ocho años. Lo dejé por conciliación familiar y volví a ser psicóloga y ahora directora.

—¿La psicología es vocacional?

—Echo de menos volver a trabajar dentro y solo llevo dos meses en este despacho. Tratamiento fue una etapa muy positiva pero Intervención me tira mucho.

—¿Qué recuerda de aquella etapa?

—Fue el boom de los módulos de respeto. Había mucha intervención y fuimos pioneros para España, Europa y Latinoamérica.

—¿Se ve como directora?

—No me lo había planteado nunca. Cuando nací penitenciariamente, José Manuel (Cendón) ya estaba aquí. No te planteabas nunca que no fuera a estar. Es una etapa nueva con muchos retos y muchas responsabilidades. Pero no me lo hubiera planteado el reto si no hubiera sabido el equipo que tenía. Conozco a todos los funcionarios y soy consciente de que valen mucho.

—¿Qué retos se plantea?

—Está todo parado por el covid. Hay que trabajar en tratamiento, seguridad, abrir la prisión al exterior y dejar de ser desconocidos porque los que están aquí son personas que en algún momento volverán a la calle.

—¿Dónde está la fortaleza principal de Villahierro?

—Creo que la base es el equipo profesional en todas las áreas, hay un gran potencial entre los funcionarios y eso permitió en el pasado que estuviéramos en la picota en los módulos de respeto. Luego ha pasado el tiempo y la novedad ya es una norma.

—¿Y dónde hace falta pedir ayuda a Instituciones Penitenciarias o al Ministerio de Interior para tener refuerzos?

—Que nos echen una mano viene bien para todo, desde lo mínimo imprescindible hasta lo más complicado. Todos los días cojo el teléfono para pedir algo y dentro de lo que se puede, están ahí.

—¿La cifra de internos y la de funcionarios es razonable?

—(Sonríe). Los internos son muy pocos para lo que hemos llegado a tener. Pasamos de ser casi 2.000 a estar en casi 680 en la actualidad. La prisión tiene una planta de 1.300 con celda individual y superar el límite ha sido puntual. Con la cifra de funcionarios nunca estaré conforme porque siempre se necesitan más. Cuando estábamos en 2.000 también se necesitaban. Siempre hay cosas que hacer y nunca hay máximos. Si tienes programas de tratamiento y quieres hacer cosas, necesitas funcionarios. La seguridad está mucho más fortalecida y se desarrolla mejor la observación de la conducta y la interacción.

—El anuncio de la llegada de los presos 91.3 causó cierto revuelo. ¿Va a ser ciertamente tan delicado y traumático contar con reclusos de este tipo?

—Este es un centro tipo que está preparado para asumirlos. Hay formación específica, no es solamente León. Es un periodo muy concreto.

—¿Hay planes de formación previstos para los funcionarios?

—Han salido estos días propuestas. Va a haber mucha formación online, que nos va a permitir mejorar la oferta.

—¿Están previstas las cabinas para las videollamadas?

—Está previsto. Habrá que ponerse con ello en cualquier momento. Ya existen las videollamadas de móvil, y estas facilitarán la intimidad y la organización. Sólo cambia que la pantalla es más grande.

—¿Cómo están los plazos en materia de vacunaciones?

—Sabes que hubo una campaña para los profesionales y respecto a los internos, hay un 75% ya vacunado. Lo que pasa es que desde que se produjo hasta hoy ha habido conducciones de centros en los que no estaban vacunados y en breve habrá otra campaña.

—¿Con los horarios de visitas y de funcionamento, va a haber novedades?

—Ahora mismo es pronto. Las especiales, aquellas comunicaciones en las que se ven, no.

—Causó muchos problemas la política de entregar la medicación de los internos para los puentes toda junta el primer día. ¿Se va a corregir?

—Habría que cambiarlo peor no hay personal para los fines de semana. Habrá que estudiar alguna fórmula. En torno al 60% de la población reclusa toma medicación. La incidencia de conflictos es escasa comparativamente. Los profesionales lo están haciendo muy bien.

—¿Habrá novedades en la detección de móviles?

—Funcionan bien, no hay problema. Y con las drogas pasa igual.

—¿Se ha llevado alguna sorpresa en su aterrizaje?

—Es pronto. Todavía no. Es una perspectiva diferente.

—¿Qué recuerda de la etapa de Cendón?

—Aprendí mucho, que hay que tener iniciativa y que el equipo profesional de León es muy bueno.

—¿Hay novedades en las transferencias de Sanidad Penitenciaria?

—Por ahora, no. No he tenido ninguna novedad.

—¿Por qué es tan bueno este equipo de dirección, según usted?

—Si no fuera por ellos, no habría aceptado la dirección. Tiene muchas ganas de trabajar. Los módulos de respeto fueron una idea de Esteban Belinchón y eso se ha extendido. El objetivo es poder seguir marcando historia. No quiero ser pretenciosa, pero es una realidad. Los módulos de respeto todavía siguen poniéndose como ejemplo en las actividades de formación. La historia penitenciaria se fija en Crofton o Montesinos y también lo hará en los módulos de respeto de León. Los primeros módulos mixtos fueron nuestros. La creatividad y la valentía son señas del centro de León. Y eso lo hacemos todos, ahí vamos todos a una. Queremos que la prisión se vea fuera y que lo de fuera venga al interior del centro.

—¿Qué puede aprender de otras prisiones?

—Quiero viajar un poquito y ver lo que se hace en otros sitios. No hay prisiones conflictivas, hay etapas de conflicto puntuales. Tampoco hay presos conflictivos. Se les puede reeducar. Sólo focalizamos lo negativo y eso es un error. Detrás de cada incidente, hay cien que no dan un ruido.

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