El ramal de Robledo a Villadangos llevará también el gas y la fibra óptica al polígono

Al ramal ferroviario que se diseña para hacer del polígono de Villadangos un enclave puntero en estructuras de comunicación ya no le quedan obstáculos burocráticos; el impacto ambiental recibe las bendiciones para el avance y deja el proyecto a punto del desarrollo y a disposición de sus promotores, las fuentes de financiación y la voluntad política que precisa este empeño.

De Robledo al interior del enclave industrial, para facilitar los movimientos de mercancías de la factoría de Coated Solutions León, que ahora se han iniciado en precario con la disposición transitoria de un muelle improvisado en la estación de Villadangos y la combinación final que aportan los camiones góndola que acercan las bobinas de láminas de acero al asentamiento industrial. Así comenzó el cambio de era y dedicación del polígono del alto páramo leonés, hasta hacer emerger un foco siderúrgico de magnitud que, al menos, ha alcanzado todas las expectativas creadas hace dos años, cuando se planteó la operación de relevo para el hueco que iba a dejar la multinacional de componentes eólicos Vestas.

Desde Robledo de la Valdoncina al polígono de Villadangos, el ramal para el tren de mercancías que demandó la empresa Network Steel al aceptar la propuesta de asentarse en León, se dejará acompañar de otras estructuras dotacionales; de la acometida del gas y de la conducción de fibra óptica, dos elementos sin los que en pleno avance del siglo XXI no se entiende un foco industrial competitivo y su carencia explica la situación de agravio de posicionamiento de inferioridad que padece este perímetro industrial de León con respecto a otros enclaves del sector.

Con tren de mercancías, con canalización de gas y fibra óptica cambia la oferta del emplazamiento; también la demanda. Se desperezó la acometida de conexión a estor servicios justo en el momento en el que en el horizonte de las mejoras estructurales del polígono apareció el perfil del ferrocarril; que va a discurrir a través de casi cuatro kilómetros de carriles desde un punto aproximado a la localidad de Robledo de la Valdoncina, con una salida en ángulo recto para superar con pasos elevados la autopista León-Astorga, el cauce de la Nacional 120 y dos sendas menores, entre las que se localiza el paso del Camino de Santiago, otro de los emblemas de este territorio al oeste de la capital leonesa.

Superado el límite del corsé ambiental, es preciso acelerar el proceso para recuperar el paso perdido con la planificación y el calendario; en el primer boceto que se incluyó sobre el ramal ferroviario se estableció como fecha limite para poner en servicio esta conexión ferroviaria permanente el plazo de dos años; justo el tiempo que se ha venido a dedicar para allanar el avance administrativo de la vía.