Realidad o ficción

La vista de actos sobre el crimen de Isabel Carrasco, desde sus inicios, está marcada por situaciones que pueden considerarse normales para unos, pero extrañas y alejadas de su cotidianeidad para otros.

Para los defensores de la ley, la acusación se presenta firme y resolutiva, en cuanto a la defensa desgrana argumentos para lo contrario. A ver quien gana la batalla ante el jurado, para esclarecer la realidad. En relación a las acusadas, se nos muestran con características definidas. Montserrat como la madre coraje, con una idea fija, la de matar por su hija. Triana como la hija que necesita ser ayudada, a pesar de estar preparada para labrarse un futuro de poder y gloria. Y, Raquel sin capacidad de reacción, pero que en el juicio vence su timidez y despliega sus dotes para defenderse. La imagen de las tres es sombría y distante, salvo algún gesto de complicidad con sus abogados, en el caso de Triana y Raquel. Montserrat, casi siempre, permanece estática, con el temor de que se convierta en una estatua de sal, como la mujer de Lot.

Al aproximarse a las actuaciones de los testigos, las sorpresas no han sido menores. En el caso del policía jubilado Pedro Mielgo, que fue capaz de relatar un seguimiento detallado a Montserrat y que ante la grabación de una llamada al 112 sorprendió, porque no reconocía esa voz como propia, ni al parecer lo que relataba.

Los comisarios de policía de Burgos jugaron un papel de salvadores de la situación, pero al igual que en las novelas de género negro, resultaron ser los que oscurecieron más el caso. Engañando, supuestamente, con sus estrategias de perro viejo a las acusadas, para conseguir información valiosa. Cuando son llamados a declarar los agentes de la policía nacional y local, para dar testimonio de los hechos, estos son identificados por el número de placa, salvo algunos que son nombrados familiarmente por su nombre, como el caso de Nacho, Paco. Los compañeros de Raquel coinciden en que es reservada, discreta, que puede achicarse en situaciones impactantes, incluso, manifiestan que no la consideran capaz de realizar un acto de estas características.

Cuando la expectación se centra en los testimonios de la defensa de Raquel, la ausencia de su abogado, en el miércoles de actos sorprende a todos, llegando a temer por su vida. Su búsqueda movilizó a toda la Policía Local y Nacional que peinaron la ciudad para conocer su paradero. Aún se desconocen los motivos de su ausencia y se espera una explicación coherente a tantos supuestos que se gestaron en esas inquietantes horas.

En cuanto al comisario Pablo Antonio Martínez, aparentemente no cuenta mucho en el núcleo familiar, por lo que ha quedado manifiesto que su mujer y su hija hacían y deshacían sin su beneplácito. Da un aspecto de hombre tranquilo que en algún momento puede desatarse su sosiego para pelear y ganar su partida de vida.

El hermano de Raquel, Carlos Gago que arrancó una sonrisa a su hermana cuando se sentó a declarar, desgranó su versión en apoyo a su hermana. Algo previsible.

Aún quedan muchos testigos por declarar y muchas incertidumbres por esclarecer. Cuál será el giro que den los acontecimientos en los próximos días.