Diario de León

Renfe regulariza la licencia de su sede nueva año y medio después de abrirla

La situación en precario de las oficinas se desveló tras la denuncia por ruidos de los vecinos

La sede nueva de Renfe está ubicada en el número 8 de la avenida Astorga, donde estuvo el antiguo economato. FERNANDO OTERO

La sede nueva de Renfe está ubicada en el número 8 de la avenida Astorga, donde estuvo el antiguo economato. FERNANDO OTERO

León

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Dieciocho meses después de que se inauguraran las oficinas de su sede integrada, Renfe ultima la regularización de su licencia ambiental. Pese a que la ley marca por los metros que ocupa que el permiso en este tipo de instalaciones es preceptivo, incluso para la concesión de la licencia de obra, la compañía estatal no la ha logrado hasta ahora. La tendrá al fin, pero como consecuencia de la denuncia que interpusieron los vecinos por los ruidos que provocaban los equipos de climatización.

Sin la intervención de los inquilinos del número 8 de la avenida Astorga, en el que ocupan los bajos y la entreplanta, la situación en precario podría haberse prolongado en el tiempo. Renfe no pidió la licencia hasta finales de 2020, después de que vecinos optaran por recurrir a la vía administrativa por el ruido que se prolongaba durante las 24 horas del día. El zumbido se localizó en los aparatos de climatización que funcionaban casi sin descanso y afectaban sobre todo a los ocupantes de los primeros pisos, debajo de los cuales estaban colocadas las máquinas.

Los moradores de la primera planta advertían desde noviembre de 2020 de que no podían dormir. Pese a que desde la compañía se les aseguró que ya habían hecho una primera adecuación, el problema se prolongó. Sin solución, los vecinos cursaron la reclamación por medio de la Patrulla Verde de la Policía Local y las mediciones, certificadas por los profesionales del departamento de Acústica de la Universidad de León, les dieron la razón, tras confirmar que los niveles superaban los parámetros legales.

La certificación activó el expediente instruido desde el Ayuntamiento. El consistorio ordenó incluso que se clausuraran las máquinas de climatización, lo que provocó que los trabajadores de Renfe sufrieran durante varias semanas del pasado verano el calor sin más ventilación que la proveniente de la apertura de las ventanas.

La situación obligó a que Renfe tuviera que reformar la sala en la que se ubican las instalaciones. Se insonorizó y se hicieron los ajustes para acabar con los problemas que sufrían los vecinos del primero. La situación se resolvió ya el pasado verano, como trasladaron desde el departamento de comunicación de la compañía estatal, pero la tramitación administrativa se ha prolongado hasta ahora. El plazo de exposición pública de la licencia se cerró a finales de año sin alegaciones. Ahora sólo resta que la junta de gobierno certifique la concesión definitiva del permiso que debería haberse solicitado no sólo antes de la inauguración, sino incluso de las obras.

La intervención no ha tenido ningún coste adicional, aseguran desde Renfe. No ha habido factura que sumar a los 159.212 euros que se desembolsaron por el encargo de la redacción del proyecto, que dio base a la posterior adjudicación de obras por un importe de 2.975.156,52 euros, tras la renuncia de la primera de las empresas que se había quedado con el contrato.

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