Diario de León

Infraestructuras

La ronda Norte cumple otro presupuesto sin dinero

Las cuentas pasan por alto el cierre del anillo de circunvalación

León

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Pasan los presupuestos, y quedan las carencias estructurales de la capital leonesa. Pocas ciudades se mantienen aún ancladas en la época de los trazados de carreteras lineales, sin despejar las travesías de su círculo urbano, sin completar el anillo de circunvalación que facilita el trasiego, el acceso, el tráfico en ruta. León es una de las excepciones de capital provincia relegadas al pasado que escasea, de no verse abrazada por vías de alta capacidad en todos los puntos cardinales. La pieza que le falta para cerrar el puzzle de las rondas es la norte; la norte noroeste, que tampoco sale en el nuevo capítulo de presupuestos que acaba de presentarse en borrador. Ni un euro, que eran pesetas cuando se inició esta historia imposible de la capital leonesa con un enlace que facilite, mejore y haga eficiente el tránsito de vehículos por el extremo norte d e la capital.

Olvido tras olvido

La estructura, ideada hace cuatro décadas, no ha llegado nunca a plasmarse en un proyecto

La ronda norte, la ronda norte noroeste, por la solución que propone, se trata de conectar las vías interurbanas de la N-630 y la N-120, dos de las radiales que atraviesas la provincia y que coinciden a la hora de medir los niveles de densidad de tráfico; sobre todo en la traza que lleva desde la capital leonesa a Astorga. Unir estos dos corredores, tal y como se concibió a principios de los años 80, cuando comenzaron a dibujarse bocetos para afrontar el desvío de tráfico pesado de la ciudad, en conceptos muy primarios que luego dieron asiento definitivo a esas plataformas que ahora permiten circundar la ciudad por el cordón sur y el este.

Pero sin continuidad hacia el norte ni por el flanco oeste, por terrenos antes despejados y ahora devorados con urbanizaciones, zonas residenciales, hileras de adosados, polígonos industriales y hasta pistas de aterrizaje de aviación civil.

La transformación urbana tintó de borrones los proyectos iniciales que se programaron para el trazado de la ronda norte, la norte noroeste, y que se quedó anclada en un olvido que ya suma cuatro décadas.

Arteria de desarrollo

La vía tiene el propósito de unir las carreteras N-120 y la N-630 y es clave para el alfoz de la ciudad

El último presupuesto del Estado que acaba de perfilar el Gobierno tampoco deja una partida económica para impulsar esta estructura que muere en una continuidad fallida de la ronda este, bajo el paso elevado de la carretera de Asturias, con una curva prolongada que es una metáfora del futuro que le espera al cierre de la circunvalación de León; un terraplén de arcilla y un ramal de regreso a la carretera nacional N-630, que permanece inalterable con los años, a pesar del filtro de la rotonda de Cantamilanos, que no da abasto con la densidad de tráfico en horas punta.

Los olvidos reiterados de la ronda norte en el presupuesto han dejado ya de sorprender, incluso a la clase política, que de forma progresiva ha retirado de sus epígrafes y programas la reivindicación de esta estructura clave para el desarrollo de la ciudad; y de los municipios colindantes del alfoz, a los que afecta no solo por la trazada que debe aportar entre las dos orillas del valle del Bernesga, también porque se convertiría en la arteria principal para dar fluidez a la movilidad; entre poblaciones y tímidos enclaves industriales que aparecen diseminados por el área de influencia.

La ronda norte no da señales de vida desde hace ya más de tres lustros, desde que el Gobierno socialista, entonces con Zapatero al frente, removió en los cajones del Ministerio de Fomento para desempolvar un proyecto que ya en aquel inicio de siglo no encajaba bien con el diseño que le reservaron inicialmente. La ronda norte por la traza primaria es hoy un imposible, entre la maraña de obstáculos que crecieron a la par que las poblaciones de San Andrés del Rabanedo o Sariegos. Aunque esa razón no parece que fuera el obstáculo al desarrollo de esta pieza que la falta al puzzle de la circunvalación de la capital leonesa. Más bien, la falta de voluntad política para invertir en un tramo de ronda que permita una vía de alta capacidad entre las dos lomas que resguardan León. No se ha logrado, ni siquiera, el desatasco del nudo que cierra la ronda este en el muro de la carretera de Asturias; el Ayuntamiento de León requirió a Fomento invertir 3 millones de uros para sacar cuatro carriles hasta la carretera de Carbajal y desahogar la presión de salida. Vista la implicación del Gobierno, lo más cerca que estará León de la ronda norte es el paso del nuevo puente de Adif, sobre la vía.

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