La Ronda Norte sale de la tumba

La Ronda Norte de León no ha hecho más que agrandar un cuento; de tal forma, que esta secuencia de catas sobre el terreno bien se ofrece como ampliación de ese relato de ficción, como analogía del capítulo en el que se dejan garbanzos en la traza, para que luego los topógrafos sepan por donde hacer realidad esa estructura que le falta al anillo de circunvalación de la capital leonesa.

Hace cuarenta años que la Ronda Norte de León padece el síndrome del olvido en los cajones del ministerio; se enterró casi cuando se llamaba Obras Públicas, mantuvo la lápida en Fomento y, ahora, con Transportes, ve la luz de los gestos que acompañan a las intenciones. Operarios de una empresa contratada por el Ministerio para desempolvar esta infraestructura acometen desde hace unos días sondeos y catas a lo largo del pasillo que se ha pintado ya como definitivo para ejecutar el vial de alta capacidad, que tiene que entroncar los accesos de penetración a León, la N-630 y la ronde este, con el ovillo de autovías y autopistas que enreda en Valverde de la Virgen la conexión de la Ronda Sur, con la A-66, AP-71 y N-120.

Todo, por el norte. Con la línea bien definida que deja este concurso entre Azadinos, Villabalter y Ferral del Bernesga; estas dos últimas localidades se salvan por el norte del vial, que ahora corre sobre plano y los matorrales, roble y monte bajo del pequeño valle que deja conectar las dos poblaciones del perímetro del municipio de San Andrés. Antes, antes de que atienda al salto sobre la C-623 (carretera a La Magdalena), la doble ferroviaria de alta velocidad, en la margen derecha del Bernesga, le habrá raspado una parte del recinto del campo de golf de nueve hoyos que franquea el terreno municipal de León, al norte de la ciudad; y habrá resuelto en un requiebro ese torniquete de presión que detuvo su avance hace casi tres décadas, cuando quedó varada en la continuidad de la Ronda Este, bajo la carretera de Asturias, en un muñón que el ministerio parece dispuesto a reinjertar. Serpenteará por la ladera de la carretera de Carbajal, paralela al extremo de Eras de Renueva, hasta que la línea urbanizaciones, de los últimos chalés, permita que la ronda describa una diagonal para afrontar la zona de ribera.

Superadas las lomas y los depósitos de Ferral, que dejará al sur, se manejan dos opciones para llevarla enlazar con las autovías, por ese pasillo que da la espalda a Montejos y a las balizas del aeropuerto. La Ronda Norte sale de los cajones y empieza a pisar el terreno que ocupará.