Diario de León

SOLIDARIDAD

«Siempre hay alguien peor, no debemos quejarnos»

Estudiantes del instituto Juan del Enzina se ponen en la piel de un discapacitado

Una estudiante con los ojos vendados intentar echar agua en un vaso

Una estudiante con los ojos vendados intentar echar agua en un vaso

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Un total de 460 escolares de todas las provincias de Castilla y León participarán por segundo año consecutivo en el proyecto Ponte en mis zapatos que pone en marcha la Asociación de Lesionados Medulares y Grandes Discapacitados Físicos (Aspaym Castilla y León) en colaboración con el Consejo de la Juventud, para sensibilizar a los jóvenes de las dificultades a las que se enfrentan las personas con discapacidad y normalizar sus actuaciones.

Esta iniciativa ya se llevó a cabo el año pasado en Valladolid, y dado el éxito, desde allí se extendió a otros centros escolares de la Comunidad, donde este año se repite el proyecto, en el que se hace dinámica motriz, visual y medular. Son diversos talleres los que llevan a los estudiantes donde se dan a conocer las barreras a las que se enfrentan las personas con discapacidad y cómo las superan con normalidad, aunque haciendo uso del ingenio.

Entre los participantes en el instituto Juan del Enzina de la capital leonesa, considerado como un centro de referencia para las personas con discapacidad, y donde son un centenar de jóvenes los que forman parte del programa, los alumnos destacaban la posibilidad de sentir las sensaciones de las personas con discapacidad y cómo se han concienciado de la necesidad de prestar ayuda.

Marta explicaba ayer que han tenido la posibilidad de andar en silla de ruedas, escribir con la mano contraria a la habitual o llenar un vaso con los ojos cerrados, cosas que les han resultado «complicadas de hacer». En la misma línea se expresaba Celia, que recordaba que «siempre hay alguien peor que nosotros, así que no debemos quejarnos» y dijo no ser consciente hasta ahora «de lo impotentes que se sienten» las personas con algún tipo de discapacidad.

Rodrigo también reconoció que la discapacidad visual ha sido en la que ha encontrado mayores dificultades y aludió también a las complicaciones para llenar un vaso o poner el tapón a una botella con los ojos cerrados. «Yo sé dónde está todo, pero con los ojos cerrados soy consciente de las dificultades», insistió.

El proyecto al que todos ellos dieron ayer vida tiene como fin promover la normalización de la discapacidad entre los jóvenes de toda la comunidad autónoma. Uno de sus objetivos principales, como recordaron los estudiantes, es fomentar el asociacionismo y voluntariado, de forma que puedan colaborar con entidades que trabajan con el colectivo de la discapacidad.

Aspaym nació en 1992 en Valladolid. La ambición de esta entidad se centró en el colectivo de personas con discapacidad física, concretamente motora y de manera especial con movilidad reducida.

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