Diario de León

ENTREVISTA A ÓSCAR RODRÍGUEZ ORDÁS | GERENTE DE TECOI

«Siempre hemos apostado por mantenernos en la zona rural»

Óscar Rodriguez Ordás es el gerente de Técnicas de Corte Industrial (Tecoi)

Óscar Rodriguez Ordás es el gerente de Técnicas de Corte Industrial (Tecoi)

León

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De la necesidad de crear a mediados de los años 90 una máquina de corte para la empresa de construcción familiar nació Técnicas de Corte Industrial (Tecoi), que desde 2003 opera con este nombre y tiene hoy un negocio extendido por todo el mundo, con más de un centenar de trabajadores sólo en la división española y una facturación que llegará este año a los 30 millones de euros. En pleno proceso de expansión internacional, lleva a cabo una importante ampliación de sus instalaciones en el polígono industrial de Sahelices de Sabero, donde tiene su origen el grupo empresarial y donde mantienen firmemente arraigadas sus raíces. Una apuesta que se consolida con la concentración de toda la producción, especialmente el desarrollo tecnológico, corazón de la empresa, en la localidad de la montaña. A pesar del déficit existente aún en las telecomunicaciones y de que supone una traba a la hora de captar talento. Óscar Rodríguez Ordás, gerente de Tecoi, lamenta que las administraciones no apuesten por dar una oportunidad al mundo rural, cuyo declive tiene, en su opinión, «una solución ya muy difícil». A la que la empresa «aporta su granito de arena, con toda la ilusión del mundo».

—Después de dos décadas de desarrollo, ¿cómo ha evolucionado Tecoi, cómo es hoy?

—En las instalaciones actuales llevamos desde 2003, pero ya antes hacíamos desarrollos. Nos dedicamos al diseño, fabricación, instalación, puesta en marcha y mantenimiento de maquinaria para el procesamiento de chapa. Maquinaria industrial para corte, pero también otros procesos como mecanizado, fresado, roscados,... Casi todo orientado a producto plano.

—También han evolucionado en la robotización.

—Al final todo lo que hacemos se basa en la automatización de procesos que antes eran manuales, y complementarlos cada vez más con máquinas. Tenemos desarrollos y productos basados en la utilización de robots, sobre todo para la descarga de máquinas o para ciertos procesos accesorios a lo que hacen nuestras máquinas, que es el corte y mecanizado de chapas.

—¿Qué es lo que demandan las empresas de sus desarrollos?

—Nuestros clientes tienen necesidad de cortar chapa y procesar material, nosotros les diseñamos, fabricamos e instalamos la maquinaria necesaria. Siempre adaptándonos a las necesidades de cada empresa, personalizando mucho el desarrollo. Al principio hacíamos sobre todo eso, pero ahora estamos muy involucrados en los procesos globales de producción de las fábricas, en aportar una solución global a un proceso determinado, desde el inicio hasta conseguir la pieza.

—¿Qué os diferencia de otras empresas como la vuestra en el mercado?

—Tenemos clientes en todo el mundo, y nuestra principal competencia son básicamente multinacionales alemanas. Lo que nos diferencia de ellos es que al tener un tamaño más pequeño tenemos mucha más flexibilidad y capacidad para adaptarnos a lo que necesita cada cliente. Las grandes multinacionales tienen módulos de máquinas bastante estándar, sin embargo nosotros entramos al diseño de nuevas soluciones y a la personalización para hacer lo que el cliente necesita. Es una de nuestras principales ventajas.

—Tienen clientes repartidos por todo el mundo, ¿en qué mercados tienen más interés?

—Tenemos nuestra sede en España, y delegaciones en México y Brasil. Acabamos de abrir una delegación en Italia y estamos cerrando un acuerdo de distribución en EE UU. En el resto de países trabajamos con distribuidores que son independientes, y vamos allí donde reclaman nuestras soluciones. Aunque nuestro mayor esfuerzo comercial está en estas zonas donde tenemos delegación propia, es donde estamos más volcados ahora.

—¿Los procesos de fabricación se mantienen en la planta leonesa?

—La mayor parte sí, sobre todo las partes fundamentales de la máquina, el puente el control,... Toda la parte tecnológica se desarrolla en León, en otros lugares lo que hacemos es ensamblar las partes más sencillas; o fabricarlas en destino si es más fácil que hacerlas aquí y transportarlas.

—La I+D es fundamental en un negocio como el suyo, y además exige avances permanentes.

—Es a lo que nos dedicamos todos los días. El departamento de diseño está continuamente desarrollando soluciones novedosas y nuevas formas de tratar y procesar los materiales. Es una de las bases de nuestro negocio, si no estuviéramos continuamente desarrollando productos nuevos no habríamos llegado donde estamos ahora.

—¿La crisis ha afectado a su sector, o la internacionalización les ha ayudado?

—La ventaja de tener presencia en muchos mercados es que cuando algunos están más flojos otros suben, y al final se va compensando. Tecoi ha tenido un crecimiento constante desde el principio, por fortuna no hemos sufrido la crisis que ha vivido el país gracias a esta característica. Trabajamos en muchos países distintos, y eso nos ha permitido avanzar bien.

—De hecho están llevando a cabo una ampliación en el polígono de Sahelices de Sabero.

—Hace ya mucho tiempo que la instalación principal se nos quedó pequeña, y tenemos dos naves alquiladas, una en Onzonilla y otra en Valdelafuente. Necesitábamos concentrar la producción y disponer de instalaciones propias. Siempre hemos apostado por la zona, por el desarrollo deslocalizado y por dar alguna oportunidad a las zonas rurales. Por eso mantenemos nuestra apuesta en Sabero, estamos ampliando 7.000 metros cuadrados de zona productiva y de oficinas, con la idea de poder concentrar allí toda la producción y mejorar las condiciones actuales, necesitamos más espacio.

—¿Qué ventajas y qué inconvenientes tiene localizar la empresa en la zona de Sabero?

—Es una zona con enorme potencial natural y turístico, pero no muy desarrollada en el aspecto industrial. Nuestro principal problema es la captación de talento, que los profesionales que queremos tener con nosotros quieran vivir allí, o desplazarse todos los días. Y está también el grave problema de las comunicaciones. La conexión de internet mejoró ligeramente el año pasado, pero sigue siendo insuficiente. Ahora nos ha prometido un salto importante en la mejora de estas infraestructuras, que son imprescindibles. Por lo demás, en la gestión logística no tenemos grandes problemas. Hoy el reparto de materiales y suministros llega a cualquier parte, y a la hora de enviar una máquina a Australia tiene poca importancia que salga de Sabero, Valladolid o Sevilla. Alguna vez la nieve nos juega alguna mala pasada, pero son problemas puntuales.

—Proyectos como el Corredor Atlántico, Torneros, las nuevas propuestas para Villadangos,... ¿Son importantes para la logística de su negocio?

—Por supuesto, nos influye y es determinante. Nuestra empresa tiene necesidad de recibir suministros, y sobre todo de sacar nuestro productos a los puertos de la manera más sencilla posible. Casi todo se mueve en contenedor, con lo cual todo lo que suponga mejorar las infraestructuras e instalaciones y simplificar los movimientos nos viene muy bien.

—¿Qué análisis hace de la situación de la economía leonesa?

—Actualmente tiene polos de desarrollo importantes, sobre todo en los sectores farmacéutico y biotecnológico, y en los servicios relacionados con la capital, que actualmente están creciendo mucho. Sin embargo, en industria siempre hemos ido por detrás o a remolque de otras provincias. Ojalá proyectos como el Corredor Atlántico y las mejoras logísticas consigan traer algún tipo de industria, lo que sin duda reforzaría la economía leonesa.

—En el polígono de Sahelices de Sabero hay proyectos importantes, como Tecoi o los cárnicos, entre otros. ¿Pueden actuar como tractores para atraer otras empresas?

—Es un polígono pequeño, pero tiene terreno disponible. Nosotros trabajamos bastante con algunos proveedores, quizá en algún momento puedan plantear instalarse allí. Además, Sabero sigue siendo zona Miner, tiene ayudas para instalar ciertos proyectos y esto es un incentivo. De todas formas, las zonas rurales están atravesando un momento muy complicado, y bajo mi punto de vista no tiene una solución fácil. Tal como está orientada la actuación política y las normativas creo que es difícil cambiar esta tendencia.

—¿Cree que las ayudas pueden incentivar la instalación en zonas rurales?

—La cultura empresarial y administrativa opta por facilitar la ubicación en polígonos industriales antes que en las zonas rurales. En otros países, como Alemania o Japón, es fácil ver grandes empresas en lugares recónditos, pero en España ese modelo no se ha incentivado. Creo que de forma errónea, porque supondría una oportunidad para zonas rurales que ahora están abocadas casi al exterminio. Nosotros apostamos por ello, no sé si acertamos, pero lo hacemos con toda la ilusión.

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