Diario de León

El silencio político y administrativo apaga el eco del 12M un mes después

Los sindicatos no han recibido ni una llamada de la clase dirigente para atender el clamor de León

Imagen de la multitudinaria manifestación del 12 de mayo en las calles de León. RAMIRO

Imagen de la multitudinaria manifestación del 12 de mayo en las calles de León. RAMIRO

León

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El 12 de mayo, miles de leoneses tomaron la calle; luego, se hizo el silencio. Un mes sin respuesta a la movilización que retomó la demanda de futuro para este territorio, ahogado por una quiebra económica sin igual, el desequilibrio con lugares limítrofes, la penuria laboral, la emigración de los jóvenes, la vía de agua poblacional. El 12 de mayo hubo una alegación colectiva ante el destino en el registro de las administraciones, las dos, a las que compete el mañana de León; hasta el 12 de junio, en todo un mes, no ha habido más que una repuesta de silencio administrativo, que es la fórmula con la que la burocracia clarifica sus intenciones respecto a un problema.

El de León, por repetido, volvió al primer plano del clamor social que ya apuntó antes de la pandemia. Hay dos etapas en este nuevo repertorio de llenar la calle para apretar a los políticos: el 16 de febrero de 2020, con una entrega que culminó varias sesiones alternas de movilizaciones, el gentío tuvo un efecto inmediato en la respuesta; el 3 de marzo, se reunió por primera vez la mesa por León, que fue el instrumento elegido para saciar la desazón que pueden llegar a ocasionar entre las clases del poder miles de gargantas con la misma voz. Del 16-F brotó la mesa por León, que luego ha confirmado la improductividad de las soluciones adoptadas para invertir la carrera de la provincia leonesa hacia el precipicio; del 12-M no surgió más que el eco repetido del estruendo de los manifestantes. Silencio. «Ellos verán; la gente tiene un cabreo monumental; La gente de León esta harta de falta de salida; ya veremos por dónde rompe esto», advierten los sindicatos

El silencio administrativo se puede interpretar como una confirmación de que los políticos le han perdido el miedo a esta medida reivindicativa de la manifestación; a las pancartas. Se reserva la opinión al respecto el secretario provincial de Comisiones Obreras, una de las organizaciones convocantes de esta escalada de respuesta social para reconducir la deriva económica, laboral y social que desvía el rumbo pretendido para la provincia leonesa. Lo que sí entiende Xosepe Vega es el fin de la pretensión de este mes de silencio que ha sucedido al doce de mayo: «Lo que quiere decir es que no quieren otra cosa que callar las reivindicaciones de León», analizó ayer el dirigente sindical, tras repasar y actualizar la lista de llamadas en el móvil y no encontrar ninguna procedente de los políticos a los que les ocupa dar respuestas a las demandas de León.

«Igual era mejor que se le preguntara a Barcones, (delegada del Gobierno en la autonomía) que nos dé una explicaciones sobre lo que entiende por reunión y por inminente», aludió con ironía sobre las declaraciones de la representantes del ejecutivo central sobre la disposición a atender las urgencias que comprometen el futuro de León y de los leoneses.

Silencio administrativo hasta para dispensar analgésicos a la situación debilitada que presenta León, que puede haber empeorado en este tiempo que ha sucedió tras la movilización; de tal forma que el cráter que movió a la marcha del 12 de mayo puede ser aún más ancho y más profundo el 12 de junio. Se verá en la próxima actualización que el Instituto nacional de Estadística ofrezca sobre el declive poblacional del territorio leonés; otros parámetros más inmediatos de medida, ya avanzan que no hay cambios apreciables de rumbo; ni en la tasa de actividad, ni en la tasa de desempleo, ni en el índice de industrialización; con la provincia al frente del ránking inflacionista del país, del efecto del coste de los precios de la energía. «Lo que se exige ya es poner las bases para un giro, para emprender una recuperación».

Los sindicatos no se salen de la hoja de ruta que anunciaron para hacer doblar a los políticos: «Pues presión, presión y presión», repite Vega que no enseña más detalles sobre esta idea para apretar a la clase política hasta que doble el brazo y atienda las exigencias de León. «Pero no es por celo sindical, ni por administrar exclusivas periodísticas; no decimos con qué vamos a presionar porque es la única forma de no alertar a la parte contraria para que contrarreste nuestra estrategia».

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