Diario de León

Suárez-Quiñones, satisfecho de ayudar a salvar la histórica presa del Bernesga

La Junta solventó con una escollera los destrozos del canal medieval, que vuelve a regar 38,5 kilómetros

Manuel García y Ricardo de Dios, en el canal de Cubiel en Villasinta. DL

Manuel García y Ricardo de Dios, en el canal de Cubiel en Villasinta. DL

León

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Delante del emblemático molino de Marceliano, ubicado en la antigua travesía de Carbajal de la Legua a la carretera de Caboalles, el consejero de Fomento y Medio Ambiente, Juan Carlos Suárez-Quiñones, destacó ayer que la colaboración entre las administraciones, los regantes y los vecinos permitió salvar la antiquísima presa del Bernesga.

Una lengua de agua de 38,5 kilómetros, que nace en Santibáñez y recorre los municipios de Cuadros, Sariegos, San Andrés del Rabanedo, León y Onzonilla hasta llegar a Vega de Infanzones. El consejero recordó que en diciembre de 2019 la presa quedó herida de muerte por el temporal, que la rompió en su origen desviando el agua al río, además de llenarla de árboles y piedras. Las tormentas abrieron tres brechas, una de 500 metros, otra de diez y otra inferior que se solventaron con una escollera que cosió su canalización y permitió sellar las fugas de agua al Bernesga, que la dejaban seca e inservible.

«Fue una actuación de 50.000 euros que ha dado un gran resultado», indicó, ya que el agua pudo volver a circular por la presa del Bernesga, como había hecho a lo largo de sus 800 años de vida. Los ayuntamientos por los que pasa también pusieron su granito al limpiar el cauce, se organizaron hacenderas vecinales y colaboraron la Diputación y la Junta.

Suárez-Quiñones resaltó que por «ecología, tradición, historia y el riego de los prados, era importante recuperar la presa». Una obra que puso de ejemplo de los «buenos resultados que da la colaboración entre administraciones».

Basilisa Gutiérrez, la presidenta de la Comunidad de Regantes, que agrupa a 800 usuarios, agradeció a todos su implicación y recordó que la Junta respondió a su petición de ayuda para que la canalización no se muriera. La Comunidad aprovechó para mejorar la gestión de la infraestructura, que aportó «una buena campaña el año pasado», donde todos menos un regante respetó el turno y el cupo de riego.

La obra en la entrada de la presa se efectuó en el segundo trimestre de 2020, junto a la limpieza y desembosque de los arrastres vegetales. En verano del mismo año, los ayuntamientos por los que discurre, con la colaboración de los vecinos de sus pueblos, se encargaron de la retirada de la vegetación que la obturaba, de la nivelación de los arrastres, el relleno de socavones y la reconstrucción de caballones laterales. La consolidación de los márgenes se adjudicó, a través de la sociedad pública Somacyl, a la empresa Construcciones Presa Ibáñez SL.

Otro canal en Villaquilambre

Por otro lado y después de ocho años de reivindicaciones, la Confederación Hidrográfica del Duero (CHD) ha dado respuesta al Ayuntamiento de Villaquilambre para limpiar el canal de Cubiel, que une la población de Villasinta y el río Torío. Una infraestructura construida hace dos décadas que no se había acondicionado en esos veinte años, pese a la insistencia del Ayuntamiento, ya que en periodos de fuertes lluvias su colapso produce inundaciones. La CHD está finalizando las labores en un cauce de casi cuatro kilómetros, después de que, en la última reunión entre representantes del organismo, el concejal de Medio Ambiente, Ricardo de Dios, y el alcalde, Manuel García, se volviera a trasladar la necesidad de evitar el tapón en esa zona. No obstante, el equipo de Gobierno considera que todavía queda un último paso, que es construir varias compuertas en el cruce de las presas Vieja y San Isidro.

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