Diario de León

Transporte

La subida del 40% en el gasóleo empuja al transporte leonés a los paros de diciembre

Altradime describe la situación «asfixiante» que sufre el sector, sin márgenes de beneficios y acuerdos estancados

Camiones estacionados en un área de descanso de Palanquinos, en la A-231, en la ruta recurrente del transporte. FERNANDO OTERO

Camiones estacionados en un área de descanso de Palanquinos, en la A-231, en la ruta recurrente del transporte. FERNANDO OTERO

León

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León le pone acento al grave problema que padece el transporte nacional, y que ha llevado al anuncio de paros del 19 al 22 de diciembre, en vísperas de Navidad. En la periferia repercuten más los costes y menos los beneficios. Las autopistas de peaje son un corsé a mayores en esa caída libre para los profesionales que se enfrentan a incrementos del 40% en el precio del gasóleo, combustible primario para el movimiento del transporte por carretera. El sector que en León aglutina a 3.200 vehículos pesados, más de 2.600 tarjetas, es sustento de más de cinco mil empleos directos.

«Las cosas han llegado ya a un punto en el que es más rentable parar el camión», describe Pablo Lorenzo, que preside Altradime, la Asociación Leonesa de Empresarios del Transporte, integrada en el Comité Nacional de Transporte por Carretera a través de Fitrans, convocantes por tanto de esta movilización que obliga a contener la respiración a la economía del país con un mes y medio de antelación a los paros previstos.

El golpe

El alza de precio del gasóleo es del 40%, insostenible para los márgenes del negocio

Problemas generales con efectos particulares, compromisos incumplidos, retrasos en las mejoras prometidas. Y, sobre todo, el gasóleo. «La subida del combustible en el último año, ya es la gota que colma el vaso de la paciencia para la asfixia que vivimos; porque agudiza los trabajos a pérdidas, sin ningún tipo de margen de ganancia», resume Pablo Lorenzo ante la cascada de desajustes que han empujado a los transportistas por carretera a la esquina del cuarto económico. «Pasamos de ser alabados por la tarea estratégica en la pandemia, de ser considerados como héroes, al olvido y al desprecio otra vez; a ser los malos y los paganos», resuelve ante una lista de demandas que se firmaron en julio de 2020 y que no han salido del papel. «Entre esas demandas, hay cuestiones por las que esperamos desde hace 16 años; salvo la ley de la morosidad, no hubo otra concesión; ni el céntimo sanitario, ni con la normativa de chóferes, la dotación de áreas de descanso...»

Más cargas

El aditivo adblue, sin el que no circulan los camiones, ya ha subido un 50% en quince días

Y de golpe, el gasóleo. Con precios que acorralan a los transportistas. Lorenzo echa cuentas, para que el Gobierno sepa la intensidad de la bofetada. «Vamos a poner un consumo bajo de media, de 35 litros a los cien kilómetros; si un transportista le hace entre 12.000 y 15.000 kilómetros al mes, y se le aplica una subida del 40% a cada litro, las cuentas están claras». Las cuentas se añaden al suma y sigue de la factura que ha llevado al Comité Nacional del Transporte por Carretera a convocar los paros en vísperas navideñas. «Con tiempo suficiente para que el Gobierno reaccione, si tiene voluntad de reaccionar», apunta Pablo Lorenzo desde la representatividad de una de las asociaciones más nutridas de autónomos de transporte en León, tierra en la que el camión siempre fue un medio de vía, tierra de transporte y de transportistas. A los camioneros se les acabó la paciencia. Con un sector quemado por los pírricos o inexistentes márgenes de beneficios en la actividad, depositan su esperanza en que la presión logre doblar al Gobierno y se empiecen a hacer realidad los acuerdos pendientes de aplicación desde hace año y medio.

Las organizaciones de transportistas se arengan para mantenerse unidas ante la protesta. «Ahora es el momento de permanecer unidos», indican, a sabiendas de que las grandes corporaciones defienden otros intereses que los autónomos.

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