El suelo alrededor del AVE gana valor pese a que Adif retrasa la integración urbanística

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La integración del ferrocarril se concibió como una trasformación urbana que alumbraría un nuevo barrio en el oeste de León. Justo en el terreno alrededor de la herida ferroviaria que aisló al Crucero y las demás áreas, el Plan Regional de Ámbito Territorial (Prat) pintaba 3.853 viviendas: 4.366 en terrenos públicos para las plusvalías y 1.487 en sectores de suelo privados anejos. Pero la realidad del soterramiento, que pasó de los 2,6 kilómetros ampliados en 2006 a los apenas 1,2 ejecutados tras el recorte de 2014, arrumbó con la planificación. Como consecuencia, en superficie quedó un terreno vacío, como un erial, que el Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (Adif) no aclara cómo integrará desde hace años, mientras los propietarios de los suelos de alrededor se aprestan a sacar provecho animados por el aumento de valor experimentado.

Si primero fue la Sociedad de Gestión de Activos para la Reestructuración Bancaria (Sareb) la que inició la tramitación del sector de suelo urbano contiguo al Palacio de Congresos, ahora otra sociedad, impulsada por el Banco Santander, promueve la aprobación del estudio detalle de otros 41.004 metros cuadrados en Armunia, encajonados entre los talleres ferroviarios de clasificación y la avenida de Antibióticos. Esta suma de «parcelas vacías con vallados de diferentes materiales, y edificaciones antiguas, muchas de ellas en ruina, en venta o abandonadas», como una «antigua fábrica de harinas», como definen los promotores en el documento quedarán listas para la urbanización en la que se apuntan 213 viviendas.

Aunque el suelo no se desarrollará de una vez. El instrumento de planificación elegido, sometido ahora a exposición pública tras la aprobación inicial, detalla la división en dos unidades de actuación diferenciadas. La primera que se impulsará corresponde a la propiedad del Banco Santander, que de cesta manera contará con un activo que poner en el mercado donde hasta ahora sólo hay un erial. En las tres parcelas dibujadas se anota espacio para la construcción de 66 viviendas, más del 50% de ellas «con algún tipo de protección pública», como se recoge en el plan. El mismo porcentaje se replicará en la otra unidad de actuación, en la que hay más de una veintena de propietarios que se tendrán que constituir en junta de compensación para urbanizar el suelo en el que caben otras 147 viviendas. La suma permitirá reurbanizar el entorno con la ampliación de algunas calles, como Fernando González Regueral, María Encarnación y Sol, rematar las traseras de los edificios con medianerías existentes y ejecutar un vial paralelo a la avenida Antibióticos.

Más adelantado se encuentra el otro sector. El Ayuntamiento está pendiente de recibir documentación por parte de la Sareb para la aprobación definitiva del proyecto de urbanización. El conocido como banco malo tiene recogido este suelo dentro de su listado de prioridad y se espera que el trámite quede resuelto antes de final de año. La urbanización del suelo, que costará 7 millones de euros y tardará entre 18 y 24 meses en ejecutarse, contendrá 841 viviendas. Entre ellas destacarán las del edificio de 18 alturas que se levantará al norte del Palacio de Exposiciones, donde estaba el antiguo chalet del director de la azucarera, y que se convertirá en el más alto de la ciudad.

El desarrollo de este sector servirá como motor para el resto de los suelos ligados al entorno ferroviario. El armazón de las calles de este suelo de 139.803 metros cuadrados condiciona el crecimiento del que linda, conocido como Azucarera Sur, que se apunta con 123.117 metros cuadrados y hueco para 598 viviendas. Como complemento queda otro más pequeño, denominado La Veguilla, por detrás de la nueva gasolinera de Leclerc, en el entorno del paso de Michaisa. Al este de todos ellos se dibujaba el medio millón de metros cuadrados de Adif que formarían parte de la integración. Nada se sabe. En Gijón, el Solarón se ofrece como ejemplo en el que se mire León.