La tecnología no atrae ni al 23% del alumnado y las empresas piden a la ULE más licenciados TIC

maría j. muñiz | león

Las empresas tecnológicas advierten de que no encuentran suficientes profesionales para cubrir los puestos de trabajo que ofertan, en un sector que en los próximos años generará buena parte del empleo y en el que la contratación crece a un ritmo de dos dígitos anuales. Una situación generalizada que afecta también a León, donde la especialización del polo tecnológico ha llevado a la Universidad a volcarse en la formación en estos campos. Sin embargo, apenas un 22,57% de los alumnos del Campus de Vegazana estudian ingenierías técnicas. El porcentaje asciende a la mitad del alumnado si se suman las carreras científicas.

Desde las empresas alertan de que sólo en los últimos cinco años la matriculación en las carreras tecnológicas en el conjunto del país ha caído un 25%, y se calcula que seguirá descendiendo a una media del 3,4% anual en los próximos años. «Y ocurre a pesar de que la mitad de los universitarios están estudiando carreras que no van a tener cabida en el mercado laboral; y de que el gran fallo por el que los millenials no encuentran un empleo es porque el mercado no demanda las profesiones para las que se les ha formado. Se necesita un cambio radical y urgente en la educación si no queremos perder el tren del desarrollo como país». Lo señala Miguel Ángel Turrado, director general de HP SCDS, con sede en el Parque Tecnológico de León, que reconoce que necesita cubrir puestos de trabajo pero no encuentra profesionales capacitados.

Otro de los aspectos que más preocupa al sector es la falta de vocaciones tecnológicas. Desde el Instituto Nacional de Ciberseguridad (Incibe) se han volcado en los últimos años en fomentar el interés por las tecnologías desde el colegio. Su director general, Alberto Hernández, incide también en los esfueros para especializar a los universitarios y adaptarlos a las necesidades reales. Sobre todo a través de másteres y becas.

El presidente de la Asociación Leonesa de Tecnologías de la Información y las Comunicaciones (Aletic), Lucio Fuertes, recuerda que algunos países han tomado ya medidas para tratar de «paliar un problema que debe abordarse desde la educación. Porque la formación no consigue satisfacer las necesidades del mercado laboral en materia tecnológica». Fuertes señala que la evolución de las TIC es muy rápida «y la educación no lo es tanto. Las universidades llevan varios años de retraso sobre lo que necesitan las empresas». De hecho, el presidente de la patronal tecnológica leonesa incide en que las empresas «tardan de media dos años de formación minuciosa en adaptar a los universitarios al nivel que se exige en el mundo de las empresas tecnológicas». Que en León se concentra fundamentalmente en dos nichos: «Las tecnologías de la información y la biotecnología».

Velocidades

«El mundo está en un proceso de transformación tremendo, y las empresas y los profesionales tienen que transformarse también», señala Turrado. Un cambio que camina de forma cada vez más acelerada hacia actividades respaldadas o directamente realizadas por máquinas. «Nadie se va a librar de esto, y será en pocos años. Según el informe McKinsey el 50% de las actividades que realizamos profesionalmente son sustituibles por tecnología. Eso implica que cada vez se necesitarán más trabajadores con conocimientos tecnológicos. Paradógicamente, incluso en situaciones como la actual de difícil acceso al mercado laboral de los jóvenes, estas profesiones con futuro tienen cada vez menos estudiantes».

El director general del Incibe reconoce que hacen falta profesionales, y es una situación que se produce a nivel internacional. «También en el ámbito de la ciberseguridad. Por eso estamos volcados en la promoción del talento».

El instituto nacional con sede en León cuenta con un programa de actuaciones cada vez más amplio en este sentido. «Partiendo de la concienciación de niños y adolescentes, para que se interesen por la cibersguridad, recorremos colegios e institutos dando charlas y animándoles a estudiar», señala Hernández. «Para ello contamos también con un ambicioso programa de becas, que no se centran en las carreras universitarias, porque también pueden dirigirse a técnicas y módulos. Y luego, muy importante, ponerles en contacto con las empresas».

El Incibe trabaja también «de manera muy estrecha» con las universidades y los centros de investigación. De hecho el año pasado se constituyó la Red Nacional de I+D+i en Ciberseguridad, y «hemos lanzado un programa dotado con dos millones de euros para que los centros de investigación contraten doctores y predoctores para investigar en este ámbito». Además cuentan con un programa de becas dotado con 400.000 euros para máster y postgrados. Con la Universidad de León tienen un convenio que mantiene un equipo con una veintena de investigadores.

Profesiones del futuro

Las profesiones del futuro tienen que ver sobre todo con el big data, el análisis de datos, fundamental para la gestión, planificación y toma de decisiones. Además de las aplicaciones en servicios y la ciberseguridad. Aunque la tecnología está presente de forma transversal en todas las actividades. «La digitalización va a marcar el paso de las empresas», destaca Lucio Fuertes. «El perfil que se demanda es técnico, altamente especializado; pero tiene especial importancia la capacidad de adaptación a los cambios, una gran iniciativa, los diomas, el trabajo en equipo y la capacidad de análisis».

Una capacitación transversal en la que también trabaja el Incibe. «Hemos generado programas de formación gratuita on line, con el objetivo de extender una formación más genérica, de forma que profesionales de otras materias tengan también capacitación en ciberseguridad. De manera especial, en este primer momento, en ciberseguridad en sistemas de control industrial. Son entornos que tradicionalmente no incorporaban la ciberseguridad, que hasta el momento se ceñía a los profesionales del ámbito tecnológico. Pero ahí existe una demanda creciente. El curso que realizamos en formación industrial tenía un doble objetivo: formar e identificar talentos. De hecho, muchas empresas nos llamaron para captar profesionales», destaca Alberto Hernández.

Lo cierto es que según el informe de Randstad en los próximos años la automatización de los procesos generará más de 1,2 millones de empleos, de los uqe 400.000 serán en ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas (STEM), unos 600.000 darán soporte a los anteriores y cerca de 200.000 serán empleos indirectos de los anteriores.

Los expertos destacan que un 75% de las profesiones del futuro no existen en la actualidad, pero están irreversiblemente ligadas a las tecnologías. Y tres de cada cuatro carreras que se estudian en las universidades estarán desfasadas en pocos años.

La Unión Europea señala que hasta 2020 se crearán 900.000 nuevos puestos de trabajo tecnológicos; y la patronal Ametic considera que en España se necesitarán a corto plazo entre 25.000 y 50.000 programadores y desarrolladores; unos 45.000 profesionales de diseño visual; 70.000 expertos en márketing y comunicación y 15.000 especialistas en estrategia y gestón de negocio.

Todo lo relacionado con la robótica y la inteligencia artificial o la biotecnología será lo que más tire del empleo. La cuestión es si los trabajadores del futuro estarán intesados en todo ello, y además preparados para afrontar los retos que plantea. Lo estén o no, el escenario será ese.