TedxLeón siembra la semilla de la paz, la concienciación y la curiosidad sin fin

Volvió el TedxLeón con las distancias recomendadas, en un escenario distinto (el Palacio de Exposiciones), un aforo reducido (300 personas) y lo más importante: oradores que inspiran y público ávido de absorber y compartir reflexiones. La distancia fue el hilo conductor de las dispares propuestas de nueve personas con mucho que compartir, bajo la batuta de Ernesto González Castañón y con el esfuerzo de los muchos voluntarios que arriman el hombro para dar forma a un evento que en esta edición se celebró bajo ese lema, el del prisma de la Distanxe.

Impactó Nadia Ghulam, no sólo por su estremecedor testimonio sino por la fuerza de su propuesta. «La guerra me robó la infancia, la adolescencia, la juventud». A los 8 años una bomba le cayó encima en Afganistán y le dejó seis meses en coma y más de dos años de hospitalización. Después, el régimen talibán la condenó a vivir diez años con la identidad de su hermano muerto: vivir como un hombre para poder llevar comida a casa. Llegó a España con miedo a todo y a todos. De niña rezaba por la paz, hoy insta a todos a ser activistas. «Como seres humanos tenemos que ser activos para sembrar la semilla de la paz». Llamó a no volver la cara ante la situación actual de las mujeres en su país. 

Tampoco volvió la cara Carmen Moreneo al drama de los albinos en los países africanos, cuando le tocó acoger a enfermos de cáncer «sólo porque no tenían fotoprotectores». Su trabajo hoy va mucho más allá, implicado con los derechos humanos frente a las superticiones que estas personas despiertan allí. 

Lara Crespo ahondó en el abandono escolar y sus causas, sobre todo entre las personas más vulnerables económicamente. Un 40% de los niños pobres abandonan sus estudios prematuramente. Y eso les condena incluso a tener menor esperanza de vida. «Hay que cambiar el sistema para que los alumnos de las últimas filas puedan sentarse en las filas que les dé la gana». 

Consciencia del impacto de las acciones humanas es lo que reclamó Sierra Jacobs. «Debemos analizar el impacto del consumo actual de alimentos. Comer carne de baja calidad es un crimen contra el planeta», por los efectos de las macrogranjas, «un calvario para los pueblos donde se instalan». Elegir una alimentación consciente, pero también una ‘reproducción’ consciente («en 200 años hemos pasado de ser 1.000 millones de habitantes a 7.800 millones), requiere decisiones meditadas. «Para cumplir nuestros sueños no hace falta cargarse el planeta». 

El éxito en las redes sociales fue la condena de Anabel Lorente. La ansiedad por los likes y los algoritmos le llevo a una depresión severa que sanó con un libro «por mi y para mi». Volvió a su lucha contra la desigualdad social. «Para mí, el éxito es despertarme con ganas de vivir. Y no descuidarme nunca más». 

El éxito de Dani Pérez, «abogado de causas perdidas e idealista», fue aprender a tiempo la lección de saber elegir. Abandonar un trabajo de éxito para ser «autónomo y padre de familia numerosa, pero dueño de mi tiempo. Podemos cambiar si queremos. La gran inversión serían proyectos para vivir vidas equilibradas». 

La que encontró Mauricio O’brien en una pequeña aldea asturiana. Descubriendo todos los valores que atesoran las zonas rurales, «defensor apasionado de los cambios regenerativos». 

Aprender a analizar todo con nuevos ojos es la propuesta de Alberto Garín, desde la historia y desde el arte. «Aprendemos a partir de recetarios, taxonomías y etiquetas. De lo que dicen los libros, aunque la realidad nos manda mensajes distintos». «Si aprendemos la historia de forma incorrecta construiremos nuestra vida sobre algo que puede derrumbarse. Y hay que ser dueños de nuestro presente». 

El que remató en el TedxLeón una entusiasta y trepidante María Valverde, con su visión alegre y su original propuesta musical. «Somos seres musicales». Dejó el mejor sabor de boca con la teatralización de un brillante cantacuentos.