Diario de León

El temor al covid dispara las ventas de piscinas portátiles hasta agotarlas

Las empresas del sector en León se encuentran desbordadas ante la avalancha de peticiones

La venta de piscinas portátiles ha sufrido una auténtica avalancha en León.

La venta de piscinas portátiles ha sufrido una auténtica avalancha en León.

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«No tenemos». «No nos queda ninguna en stock». «Como pronto hasta agosto o septiembre no nos llegarán nuevas unidades». Desde hace días estas son las frases que más repiten a diario los propietarios de empresas que se dedican en León a la instalación de piscinas desmontables. El temor al covid ha disparado tanto sus ventas que están agotadas en prácticamente todos los establecimientos del sector en la provincia.

La razón de esta fiebre que se ha desatado por las piscinas desmontables es evidente. Las restricciones que ha impuesto la pandemia en todo lo relacionado con las piscinas comunitarias para respetar el aforo de seguridad y también el miedo a las aglomeraciones en las playas con el fantasma siempre presente del posible contagio del coronavirus, han hecho que muchos se hayan plantado un plan B para este verano y esa alternativa no ha sido otra que la de llevarse la piscina a casa. Con precios que oscilan entre los 200 y por encima de los 3.000 euros, la demanda ha desbordado tanto a quienes las venden como a las empresas que las fabrican que no dan a basto a satisfacer los pedidos que les llegan.

«Han subido muchísimo las ventas. Nosotros hemos agotado las piscinas que teníamos y también las de tipo jacuzzi y por los menos hasta agosto los proveedores que tenemos nos han dicho que no pueden servirnos», comenta Pedro Manuel Chao, del Grupo Chao en Valdelafuente, el espectacular incremento de en las ventas de estos elementos de ocio alternativo para el verano del coronavirus.

«Detrás de todo esto —añade— está el recelo al contagio y el temor a ir a las piscinas. Otros años venían, pedían información y se lo pensaban mucho más. Este año nada más llegar ya me decían: me la llevo».

Apunta además, que tal vez debido a las secuelas psicológicas que ha dejado el confinamiento, ha vendido más esta temporada las piscinas hinchables de tipo jacuzzi, con asientos. «Más que para bañarse, hay gente que lo viene buscando es un rato de relajación y de tranquilidad».

También ha crecido mucho la demanda de las piscinas más grandes que ya exigen una adecuación del terreno para su instalación. «Se está notando un montón la demanda de todo tipo de piscinas. Nosotros somos fabricantes de piscinas de poliester, reforzada con fibra de vidrio, y estamos dando plazos entre agosto y septiembre para instalarlas», apunta Fernando Grandas, dueño del a empresa Piscinas Fegrán en Onzonilla. «La gente desconfía de las piscinas públicas por los posibles riesgos y otros ya han decidido que no se van a ir de vacaciones este año por lo que han optado por poner una piscina y quedarse aquí».

Si para muchos negocios, las restricciones impuestas por la pandemia del coronavirus han supuesto una paralización importante de su actividad cuando no un frenazo total, en el caso de este sector la realidad va en sentido contrario: la pandemia ha actuado como un acicate subiendo las ventas en muchos casos cerca del cien por cien.

Lo confirma Conchi Lorenzo, responsable de Piscileón en avenida Fernández Ladreda. «Hemos tenido muchísimos pedidos. Yo diría que en torno al noventa por ciento de lo que era habitual antes. No he podido hacer ventas de piscinas elevadas porque no nos están suministrando por falta de estocaje, las grandes empresas suministradoras nos han dejado un poco aislados a los pequeños. Todo el mundo que ha venido me ha dicho lo mismo», que no se van a ir de vacaciones este año y que han pensado en montar una piscina en una finca, en el jardín o en la casa del pueblo o bien piensan en rehabilitar la que ya tenían».

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