«La terciarización no tiene por qué ser una debilidad si se apuesta por el valor añadido»

—El sector servicios tiene cada vez más protagonismo, ¿qué supone para la fortaleza de la economía esta terciarización?

—La terciarización es un rasgo común de las sociedades desarrolladas. En sí no tiene que representar una debilidad, sobre todo si se apuesta por ramas generadoras de más valor añadido, ya que es un sector muy diverso que integra actividades tan dispares como el comercio, los transportes, la hostelería, las actividades profesionales,... No obstante, siempre resulta deseable contar con un modelo productivo lo más diversificado posible, con un mayor peso del sector industrial y sin olvidar las actividades agrarias, que resultan cruciales para el medio rural y la cohesión del territorio.

—¿Qué sectores están notando la desaceleración y por qué?

—Quizá está resultando más evidente en el caso de las actividades industriales, que están más expuestas al comercio internacional y sufren los efectos de las tensiones comerciales. Pero también la construcción, pese a seguir creciendo a significativo ritmo, está moderando su ritmo de avance, en línea con el menor dinamismo de la inversión. Y eso se debe a la incertidumbre existente.

—La industria es una de las grandes asignaturas pendientes de la economía local, ¿es posible revertir esta tendencia?

—Podría revertirse, pero no a corto plazo. La industria en León tiene un menor peso que en Castilla y León, aunque se encuentra en la media española, y está más vinculada a las actividades extractivas (casi la mitad del VAB industrial). Hay que seguir apostando por la industria en su conjunto e impulsar en este caso la industria manufacturera, para que alcance un mayor peso en la economía leonesa.