Testigos de la estafa en Caja España declaran que el alto nivel de vida de la acusada venía del sueldo
La familia acusada de lucrarse con una estafa piramidal en Caja España aprovechando la condición de secretaria de un alto cargo aseguró ayer que su elevado nivel de vida era «el mismo que puede tener cualquiera que disponga de dos sueldos altos». De acuerdo al escrito de calificaciones del Ministerio Fiscal, el hijo de los acusados, estudiante universitario, disponía de una finca de 495 metros cuadrados en Onzonila, una vivienda unifamiliar de 347 metros, un Audi A-7, un Qad Bombardier, una motocicleta Honda de 125 centímetros cúbicos, un ciclomotor y una cuenta con 115.000 euros. «Yo no sabía cuánto dinero tenía, iba ingresando ahí las propinas de mis abuelos y nunca controlé esa cuenta», aseguró en la intervención que cerró la segunda de las doce sesiones que hasta el día 20 de febrero se celebrarán en la sala de vistas principal de la Audiencia Provincial.
La principal investigada se negó a responder a las preguntas del letrado que representa a la antigua Caja España, en un caso en el que nada tienen que ver los actuales responsables de Unicaja. El Ministerio Fiscal pide para ella siete años y medio de prisión por un delito continuado de estafa y dos años y medio más por otro también presunto de falsedad documental. Tampoco respondió a las preguntas de esta parte de la acusación particular su marido. El fiscal sostiene que cometió presuntamente los mismos delitos en menor medida. El hijo único de la pareja está acusado como participe a título lucrativo. Deberá indemnizar junto a sus padres con 6,5 millones de euros a los perjudicados. Se les ofrecían supuestos productos financieros avalados por la Caja que generaban altísimas responsabilidades. La entidad financiera niega haber tenido conocimiento de las operaciones.
No fue capaz de resolver el marido las dudas que le plantearon los representantes legales de los perjudicados respecto al hecho de que este tipo de inversiones no tributaran impuestas y se realizaran en sobres a mano, en muchas oportunidades. «Yo no hice ninguna entrega, simplemente llevaba a mi mujer porque ella no conduce». Tampoco pudo justificar que tuviera conocimientos en finanzas profesionales y en los momentos en los que se vio más apretado en el interrogatorio, dijo que se ratificaba en lo declarado en fase de instrucción o lo expuesto por su mujer.
A preguntas de su letrado, detalló cómo los bienes que había adquirido la familia fueron comprados «con préstamos, como hace cualquier familia normal» y rechazó que hubiese comportamientos de opulencia en su vida diaria. «Nos dábamos unas vacaciones de quince días en verano, pero luego íbamos a Mc Donald’s o a Telepizza, no estábamos todo el día en grandes restaurantes», aseguró su hijo.
La tercera sesión del juicio se anuncia para hoy a partir de las 9.30 horas de la mañana. Es el turno de los perjudicados, que desfilarán por el estrado en los próximos días en hilera. El viernes se decreta jornada de descanso y el juicio se retomará de nuevo el lunes.