Diario de León

Los trenes tram de Feve para León llevan más de un año almacenados en Valencia

Vossloh denuncia a Fomento por el incumplimiento del contrato y exige una indemnización por daños. . Adif se agarra al informe del Consejo de Estado sobre la adjudicación como excusa para frenar la obra.

Imagen de uno de los vehículos de Vossloh para León.

Imagen de uno de los vehículos de Vossloh para León.

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álvaro caballero | león
León

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Listos para entrar en funcionamiento cuando se ponga la vía, los trenes tram encargados por Feve para León se encuentran almacenados desde hace más de un año en Valencia, dentro de los talleres que la compañía Vossloh tiene en Albuixech. Cuatro vehículos —más cuatro tranvías que se habían contratado para el plan original y que ahora no sirven— con los que la compañía podría operar dentro de la integración ferroviaria prevista para la capital leonesa, en la que no caben los trenes actuales, puesto que necesitan un pasillo de seguridad que eliminaría el paso entre las dos partes de la traza y la reurbanización de Juan de Austria, donde vía y calle se cruzan al mismo nivel. La carencia a la que se agarra el Administrador de Infraestructuras Ferrovias (Adif) para paralizar las obras cuando queda poco más del 37%, amparado en un informe que Fomento encargó al Consejo de Estado, en el que se detalla que hubo «graves irregularidades» en la adjudicación del contrato y se propone su anulación. Un documento no vinculante que los responsables del ministerio tienen sobre la mesa desde abril, pero sobre el que todavía «estudian las consecuencias jurídicas», como admiten desde la compañía estatal.

La indefinición de estas «consecuencias» pone ahora en la encrucijada a la integración ferroviaria de vía estrecha en la capital leonesa. El proyecto en el que el Gobierno, si al final opta por anular el contrato, se ahorraría como mínimo 16,8 millones de euros: 4,2 millones de cada una de las cuatro unidades de los trenes tram de León.

Un nuevo recorte del proyecto —del cual apenas quedan 11 millones de los 33 que llegaron a estar adjudicados, tras anular el ramal del Hospital, el tranvía en Padre Isla y la electrificación y la catenaria— que cuadra con el argumento de «repensar el modelo ferroviario» que esta semana trasladaron desde Adif como motivo de la paralización de las obras. El cambio que haría que los trenes terminaran su recorrido en el apeadero de La Asunción, en vez de llegar hasta la estación de Matallana ubicada en Padre Isla, con lo que los 2,6 kilómetros del pasillo ferroviario se convertirían en un paseo peatonal, como ya está previsto ahora, pero sin coexistir con el paso de los convoyes. Variaciones que habría que negociar con la UTE adjudicataria de los trabajos, pero que también podría derivar en un ahorro de costes derivado de suprimir los cuatro apeaderos que hay ahora planificados en la ciudad, así como la vía y los servicios.

La negativa de Feve —ahora dentro de Renfe Operadora— a hacerse cargo de los trenes tram hace que Vossloh, con el encargo cursado desde 2010, ya haya decidido denunciar al Ministerio de Fomento por el incumplimiento del contrato, al tiempo que exige el pago de la factura, los intereses correspondientes y los daños y perjuicios por tener que almacenar los vehículos en sus instalaciones durante todo este tiempo.

Frente a esta reclamación, el grupo Fomento se agarra al informe que encargó al Consejo de Estado sobre la adjudicación del contrato. Un proceso, con el leonés Ángel Villalba como presidente, que quedó desierto en la fase de concurso público y que al final fue decidido en un negociado sin publicidad al que se presentaron tres empresas: CAF, Suconve y Vossloh. La convocatoria en la que se empezó por el encargo de cuatro trenes por 15,2 millones y, después, sin un nuevo proceso, se amplió hasta las 12 unidades, más los repuestos necesarios por un total de 62,3 millones. Los 8 trenes de León —4 tren tram y 4 tranvías— y otros 4 para Langreo que, en mayo del 2012, ya con el PP en el Gobierno y Marcelino Oreja en la presidencia de Feve, se cambiaron por trenes ordinarios. Un pedido por encima del cual, mediante una addenda, comprometía a Feve a que la adquisición final fuera de 28 trenes.

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