Diario de León

La ULE acerca sus investigaciones a casi 2.400 jóvenes en su Semana de la Ciencia

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Le faltan algunos detalles, pero todo el potencial del robot Eco The Rover, diseñado por un grupo de investigadores de la Universidad de León, ha conquistado al Ministerio de Defensa. Es similar a algunos de los modelos que la Nasa ha enviado al planeta marte y sus desarrolladores lo han presentado en el Congreso Nacional de I+D en Defensa y Seguridad, donde se valoraron muy positivamente todas sus capacidades. «El objetivo de Eco es ser un vehículo móvil para futuros proyectos multidisciplinarios en el aula, que buscan realizar recorridos autónomos para la exploración y la prospección de otros planetas, asteroides o satélites», explica uno de los miembros del grupo, Francisco Rodríguez Lera, quien añade que se trata de «un pequeño coche autónomo, que también puede ser teleoperado».

Entre las posibilidades de esta plataforma están tanto las cuestiones agrícolas como su posibilidad de realizar tareas espaciales. Los sensores de los que dispone permiten variar sus funciones, desde tomar imágenes a detectar determinadas irregularidades en el terreno para trabajar en un campo de minas o como vehículo de apoyo en el transporte. Miguel Ángel González Santamarta, Diego González Álvarez, Carlos Rodríguez Hernández, Claudia Álvarez Aparicio, Ángel Manuel Guerrero Higueras, Vicente Matellán Olivera y Francisco Javier Rodríguez Lera son los responsables de este proyecto en el que llevan trabajando año y medio, con el estado de alarma y el confinamiento de por medio.

Una de las ventajas del Eco The Rover es que al ser de pequeño tamaño — con 56 centímetros de ancho, 65 centímetros de largo y 30 alto aproximadamente y con un peso de tres kilos— resulta muy operativo en cuestiones militares porque es fácil de transportar. Además, los militares participantes en el congreso, que estaba previsto que se celebrara en la Academia Básica del Aire de La Virgen pero que finalmente fue organizado telemáticamente por la pandemia, valoraron «las posibilidades duales del robot y su aplicación en entornos militares», explica Rodríguez Lera, quien añade que su primera aproximación «es valorar su uso en labores de carga, transporte o de exploración del terreno». Desde el Ejército también les sugirieron nuevas vías de investigación, como la posibilidad de colocar más y diferentes sensores de los que este grupo de investigación suele emplear en el laboratorio universitario. Así, además de cámaras o láser, podrían incorporar al robot, tras la recomendación de Defensa, sensores termales o un espectrómetro de masas que se adaptaran las necesidades militares.

«Nos recomendaron evaluar la carga máxima que puede mover, así como el impacto de la incorporación de nuevos sensores sobre el sistema de toma de decisiones del robot», precisa el investigador leonés. Al congreso organizado por el Ministerio de Defensa se presentaron alrededor de 200 ponencias, de las que finalmente escogieron medio centenar porque se adaptaban a sus intereses, entre ellas la leonesa. Según apuntó la secretaria de Estado de Defensa, la leonesa Amparo Valcarce durante la presentación del encuentro, el objetivo de este evento es «materializar nuevos modelos de colaboración que permitan consolidar la investigación en el nivel de los Centros Universitarios de Defensa y lograr la así la aspiración de contribuir al Plan Estatal de Investigación», además de los proyectos que lleven a cabo otras universidades o empresas españolas.

Las actividades organizadas por la Universidad de León, tanto en sus centros e instalaciones de León como en las de Ponferrada, en el marco de la Semana de la Ciencia que resultó «muy positivo» ya que, a pesar de las especiales circunstancias ocasionadas por situación sanitaria, cerca de 2.400 personas participaron en los talleres, conferencias, charlas, exposiciones y visitas, celebradas este año en su mayor parte de manera virtual.

Entre las materias que han protagonizado los talleres se están el conocimiento de aspectos relacionados con los incendios, una cata de mieles (en la que los interesados tuvieron que pasar de forma previa a recoger un paquete con todo lo necesario), además de actividades diversas relacionadas con los alimentos, las redes sociales y el trabajo, la reanimación cardiopulmonar, el consumo sostenible, o la importancia de la expresión gráfica en la creación de videojuegos.

Desde la Universidad de León se programaron 36 actividades, muy variadas y dirigidas a todo tipo de públicos, con el objetivo fundamental de fomentar la cultura científica en la ciudadanía, favorecer la incorporación de los investigadores a los entornos de divulgación de la ciencia y acercar a la sociedad la actividad científica que se realiza en la institución académica.

Los datos, que han sido facilitados por la Unidad de Cultura Científica, que depende del Vicerrectorado de Investigación y Transferencia de la Universidad de León, señalan que 1.171 personas han visionado los vídeos sobre las actividades a través del canal de Youtube. A ello hay que sumar que se registraron 1.222 inscripciones para los talleres y visitas que así lo requerían, y que se llevaron a cabo en la plataforma digital Google Meet para poder salvar las exigencias de la pandemia del coronavirus.

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