Diario de León

Sanidad

La Unidad de Ictus del Hospital de León mejora el seguimiento de los pacientes

Las enfermeras logran una zona de control y monitores fuera de las habitaciones

El control de Enfermería consistía en una mesa contra la pared que ahora se mejorará. DL

El control de Enfermería consistía en una mesa contra la pared que ahora se mejorará. DL

León

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La Unidad de Ictus ubicada en la planta sexta del edificio hospitalario Virgen Blanca mejora el seguimiento de los pacientes, gracias a la colocación de monitores exteriores en las habitaciones y una zona de control de Enfermería. Una reivindicación que canalizó el sindicato Satse tras comprobar las condiciones de trabajo y exponerlas al comité de seguridad y salud laboral.

La unidad está integrada por cuatro habitaciones, dos individuales y dos dobles, además de un despacho médico. El escrito de Satse reclamaba habilitar un auténtico control de Enfermería porque esas labores se estaban realizando desde una mesa colocada en el pasillo mirando a la pared con un ordenador y sin teléfono, «algo imprescindible para poder realizar los trámites urgentes y recibir también cualquier información del exterior». Por eso, las profesionales tenían que desplazarse al Control de Enfermería de la planta.

Satse constató también que los timbres de las habitaciones no sonaban en la mesa de Enfermería, sino que lo hacían en el Control de la planta general, «lo que provocaba constantes desplazamientos y demora en la atención urgente. Tampoco se disponía de un stock de farmacia, carro de paradas ni aparato de electrocardiografía y los profesionales se quejaban de frío.

Las demandas se han atendido, al igual que la petición de preparar una zona de descanso, ya que se cubren los tres turnos de mañana, tarde y noche. «Gracias a mejorar las condiciones de trabajo de las enfermeras, estos pacientes también estarán mejor atendidos, ya que un ictus es algo serio y en lugar de molestarles entrando a la habitación para comprobar su monitorización ahora estará fuera», aclara el sindicato.

La Unidad de Ictus, que depende del servicio de Neurología, fue pionera en Castilla y León en 2006. Una vez que se demostró su eficacia-coste se puso en marcha en Valladolid, Burgos y Salamanca. Por ella pasan una media de 450 pacientes al año frente a los 350 iniciales. Hasta ahora, el entorno físico y la infraestructura eran las mismas, con mejoras como la introducción de la ultrasonografía.

Dado el tipo de pacientes que se atiende en ella se necesitan enfermeras para el tratamiento de las constantes vitales y un control riguroso de datos como la glucemia. Todo está organizado en torno a un seguimiento preciso, porque cualquier cambio evolutivo puede ser relevante.

Las estadísticas revelan que se producen más ingresos de personas con ictus en las primeras 24 horas que hace años porque la población dispone de mejor información sobre los síntomas de esta dolencia y la importancia de tratarla a tiempo. También se ha organizado mejor la parte de radiología intervencionista y se seleccionan más pacientes candidatos a tromboctomía mecánica para extraer el coágulo (entre menos de 8 horas y 24 horas de evolución) o a tratamiento médico endovenoso.

En el trabajo en equipo de la Unidad de Ictus están involucrados desde el servicio de emergencias, a neurólogos de guardia, servicios de radiología y radiología intervencionista. La toma de decisiones debe ser rápida porque «en todo lo relacionado con el ictus, el tiempo es cerebro», señalan desde la unidad.

Abordar pronto el episodio de ictus es clave en la supervivencia y en minorar las secuelas. Al llegar antes, ha aumentado el número de candidatos para el tratamiento en fase aguda y se incrementa el trabajo de selección. En tan solo dos años, se pasó de 20 tromboctomías a 63 candidatos a tratamiento de reperfusión. El triple.

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