Valverde y Santovenia exigen a la Junta la concentración parcelaria tras 23 años

Los municipios de Valverde de la Virgen y Santovenia de la Valdoncina se han unido para exigir a la Junta y a los organismos competentes la puesta en marcha del Plan de Concentración Parcelaria de 9.000 hectáreas de ambas zonas, después de 23 años de aplazamientos de forma sistemática, según denuncian. Ven en esa reordenación «una de las actuaciones más eficaces en el medio rural para potenciar la actividad y el empleo», y una herramienta en la lucha contra el despoblamiento y los desequilibrios territoriales, además de contribuir a reducir la contaminación y el consumo de combustibles y mejorar la calidad medioambiental.

Destacan que el número de incorporaciones de jóvenes en zonas concentradas es un 40% superior a zonas no concentradas, y la inversión privada de los agricultores para modernizar sus explotaciones, un 36% superior. Según recuerdan, la Junta fijó en 1997 las bases definitivas para dar salida a la situación que viven más de 2.100 propietarios de ambas zonas, con un número de parcelas superior a las 60.000, «y no se ha avanzado».

Estos ayuntamientos ven ahora un rayo de luz con el nuevo reglamento de Concentración Parcelaria de la Comunidad de Castilla y León, al que quieren acogerse porque entienden que les ofrece una oportunidad de «retomar y reclamar» la concentración ante «la agónica situación de la campiña» en ambos municipios.

En el nuevo reglamento, el Ejecutivo autonómico plantea como criterios para continuar el procedimiento las causas de acusado minifundio, que es el caso de las 60.000 parcelas, según estiman. Además, el abandono de la actividad agraria está generando la conservación de determinados ecosistemas, la degradación ambiental de los dos municipios y el aumento del riesgo de incendios forestales.

Si se pusiera en marcha la medida se podría «reordenar la estructura de la propiedad conforme a criterios técnicos que permitan incorporarse a las explotaciones y atraer a gente joven para hacerlas rentables», explican, y adjudicar a cada propietario el menor número posible de fincas de reemplazo, las contiguas integrarlas en una misma explotación y fomentar la creación de explotaciones agrarias de dimensiones adecuadas,y de nuevos yacimientos de productos, acordes a la climatología actual.

La ordenación permitirá, además, poner en valor la masa común de fincas sobrantes de las adjudicaciones de los lotes de reemplazo, pudiendo destinarse al banco de tierras o cediéndose a las entidades locales para la ejecución de infraestructuras comunes o la mejora medioambiental. Entre los principales beneficios que conlleva la concentración parcelaria están los de productividad y competitividad, la mejora de la rentabilidad de las explotaciones al hacerlas más eficientes, el aumento de la posibilidad de diversificar producciones, la eficiencia y la vida útil de la maquinaria, la mejora de la comunicación en el medio rural y la multiplicación de las funciones y los usos potenciales del suelo rústico. Valverde y Santovenia buscan también beneficios socioeconómicos como la mejora del nivel de vida de los agricultores y atraer a jóvenes.