Diario de León

Javier Santiago Vélez | Presidente provincial del PP

«Vamos a luchar por los intereses de León ante quien sea sin mentiras y sin atajos»

Javier Santiago Vélez, ayer tras su proclamación como nuevo presidente del PP. MARCIANO PÉREZ

Javier Santiago Vélez, ayer tras su proclamación como nuevo presidente del PP. MARCIANO PÉREZ

León

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El nuevo PP lleva la camisa por fuera. Pero si la ocasión lo requiere, Javier Santiago Vélez (León, 1987) responde a la etiqueta.

—¿Se siente un presidente judicializado?

—No, para nada. Al final, el 98% de los afiliados han querido que esta sea la opción ganadora. Soy un presidente mayoritario y, sobre todo, con mano izquierda suficiente para seguir tendiéndosela a quien denuncia al partido por el cual sigue siendo alcalde.

—¿Ese alcalde seguirá siendo candidato si quiere?

—Si él quiere, sí, claro. Para recuperar la Diputación, que es uno de los principales objetivos, hay que contar con los mejores en cada ayuntamiento y, Manuel García ha demostrado eso. Pero no tiene que ser incongruente: ir por unas siglas que está denunciando. Manolín si quiere puede ser un gran alcalde a partir de 2023.

—La obsesión es recuperar la Diputación.

—No, son tres: Ponferrada, León y Diputación.

—¿Cuál ve más complicada?

—Ponferrada.

—¿En León ya tiene idea de quién sería su candidato?

—Lo elige Madrid a propuesta nuestra. En estos primeros dos meses hay que intentar tener una idea porque quien sea aquí o en Ponferrada debe empezar a trabajar, a recorrer los barrios, a generar ilusión, equipo. Antes de Navidad debemos tener una idea muy clara de lo que queremos, de candidato y de equipo porque para recuperar una alcaldía no se puede trabajar sólo tres meses antes de las elecciones.

—¿Cuál es su idea para León?

—Tenemos un equipo de personas que quieren presentar una alternativa, pero persona como tal no tenemos.

—No despeje al córner. Quizá el actual consejero de Fomento.

—Juan Carlos sería un gran alcalde de León, como es un gran consejero, como sería un gran diputado nacional o un gran secretario de Estado de Justicia.

Similitudes
«Dicen que me parezco mucho a Ayuso porque digo lo que pienso de forma campechana y cercana»

—¿Cuántas llamadas ha tenido para decirle que se acuerde a la hora de los candidatos?

—Para eso, no. Pero sí llevo 15 días buscando candidatos en algunos ayuntamientos pequeños de esta provincia. La mejor época para coger candidatos es el verano. Hay 60 ayuntamientos prioritarios en los que el PP a día de hoy o no tiene nada o un resultado muy malo.

—Cuántos hay en el partido de judicial de Cistierna?

—(Cuenta). Cinco.

—Si recupera ese diputado...

—El PP gobernará la Diputación.

—Usted gobernará.

—(Sonríe). No me disgustaría. Lo vamos a recuperar. Lo perdimos por 52 votos. Conozco perfectamente Cistierna y por eso ya estoy haciendo listas allí.

—¿Buscará en Ciudadanos?

—Algún concejal de Ciudadanos ya nos está llamando a la puerta. Siete u ocho, alcaldes y concejales, ya nos han llamado. Nosotros abrimos las puertas para trabajar por el mundo rural.

—Usted trabajó en Diputación con Carrasco. ¿Es su sueño?

—Es la mejor institución, por encima de la Junta, para poder trabajar contra la despoblación. Es lo que más me preocupa porque lo sufren los 90% de los pueblos. Tengo esa espinita. Como alcalde rural llevo seis años luchando contra ello. Desde la Diputación se puede hacer un proyecto chulo para poner un obstáculo grande para evitar que se sigan despoblando grandes zonas.

—¿Por dónde pasa?

—Por no acordarse sólo cuando hay elecciones; por conocer el tema desde abajo, no desde un despacho de Valladolid o Madrid; por saber que hay medidas que un martes en febrero en Las Omañas o en los Ancares el 90% de ellas no valen para nada y que tienen que ser heterogéneas. La Diputación tiene que tener clara la receta y hacer un plan a 8 años vista en el que haya, por ejemplo, 24 millones, de los que 8 los pone la Diputación, 8 la Junta y 8 el Estado, como en plan de choque de Ávila, de Teruel u otros. Esos millones irían destinados no a hacer aceras, sino infraestructuras necesarias: por ejemplo, el peaje de la autopista a Astorga, la carretera de La Baña a Sanabria, la carretera que va por Pandetrave y une los valles de Valdeón y Sajambre con Fuente Dé, lo que daría una entrada de 8 kilómetros a 700.000 turistas, San Glorio...

—Hablaba de despachos de Valladolid y Madrid. ¿El PP ha estado monitorizado desde ahí?

—Al PP de León lo que le echo en falta los últimos años es garra de reivindicar, de luchar, de dar de vez en cuando un golpe en la mesa. A partir de mañana tendremos miles de defectos, pero eso lo vamos a poner.

—¿Encuentra un partido roto?

—No.

—¿Durmiente?

—Sí, muerto, totalmente, pero que a partir de ahora tiene ilusión. Hay mucha gente que se marchó, que estuvo pasiva, que se quiere afiliar. Generamos ilusión, pero desgraciadamente nos encontramos un partido adormilado en el que la estructura no ha funcionado; orgánicamente no hemos existido, no hemos existido en la calle. La falta de ese partido ha dejado un hueco que ha aprovechado la UPL, Coalición por el Bierzo, Vox quiere aprovecharlo y el PSOE. Nos encontramos con que de los 16 ayuntamientos más grandes sólo gobernamos en 3, gobernamos menos de 100 ayuntamientos, algo que no pasaba desde hace 25 años. Hemos perdido ese contacto porque no había partido. Tengo que empezar de cero porque no hay un trabajo de qué tenemos, qué problemas hay. De aquí a Navidad voy a visitar los 211 ayuntamientos.

—¿Su estrategia pasa por ser un poco rebelde con Madrid y Valladolid al ver cómo le funciona a otros?

—No. La gente que me conoce sabe que soy luchador, reivindicativo, que no me conformo. Vamos a ser los más leales del mundo con dos cosas: con los leoneses primero y luego con el partido.

—Ha tenido un perfil leonesista, pero no ha llevado la moción por la autonomía. ¿Piensa hacerlo y, en su caso, qué votaría?

—(Sonríe). Creo en el leonesismo útil, que para mí es luchar por los intereses de León sin mentiras y sin atajos. Lo que le importa a la gente es que se invierta en León, que sus hijos no se vayan a trabajar fuera, luchar por una universidad mejor, que sus pueblos no se mueran, que tengamos internet, que no falle la cobertura en el 30%... Es luchar por los problemas de León ante quien sea y con la fuerza que sea. Esa moción no tiene recorrido y no se puede hacer porque habría que modificar la Constitución y el Estatuto. A día de hoy decir que se va a intentar hacer es mentir porque es imposible. Soy pragmático. Defiendo el leonesismo no rupturista sino útil, intentar que León sea la cabeza de esta comunidad en la que estamos, con dos regiones.

—¿Las políticas de la Junta han sido beneficiosas para León?

—Se han hecho cosas muy bien y otras, mejorables. Hay demandas importantes que son mejorables. La política agraria ha sido importante y se ha hecho bien; la sanidad con los consultorios rurales pre pandémicos ha sido muy buena; tener aulas abiertas con 3 años está bien; el programa Crecemos de asistencia social... Pero también hay muchas cosas mejorables en cuanto a infraestructuras, en cuanto a potenciación industrial y empresarial. Lo mismo que se ha hecho en Villadangos soy partidario de que se haga en 8 pueblos en la provincia bien distribuidos para que la generación de empleo y sinergias no se concentren en el alfoz de León.

—¿Cree que se ha apostado lo mismo que por Valladolid?

—A mí hay ciertos proyectos que me hubiera gustado que se potenciasen en la provincia de León, está claro. En Valladolid hay 20.000 funcionarios y en León, 1.000. Indirectamente se ha beneficiado más a Valladolid. Por eso hay que exigir que haya una contraprestación de inversiones y de infraestructuras para intentar que todos estemos contentos.

—¿Qué sello quiere dejar?

—El mismo que en mi pueblo. Que soy un joven leonés cercano, trabajador y que los años que ha estado de presidente ha intentando hacer las cosas lo mejor posible. Sobre todo, que he dejado una tierra para mis hijos mejor que la que encontré.

—Suena a eslogan

—La gente dice que me parezco mucho a Ayuso porque de una forma campechana y cercana, como soy yo, digo lo que pienso siempre. A veces me irá bien, otras mal y seguro que alguna meteré la pata.

—¿Tiene detrás también un Miguel Ángel Rodríguez?

—(Se carcajea). No, no tengo detrás a nadie con barba.

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