Diario de León

la carta del imserso no llega

El verano de los jubilados leoneses se congela

Cada año, 11.500 pensionistas de León aprovechan los viajes sociales para pasar unos días en la costa. Este año la cosa se complica: ellos están dispuestos a pagar más, como piden los hoteles, pero con mejores servicios.

María del Carmen de Lucas y Leonardo Martínez disfrutan de un café mientras leen el periódico. RAMIRO

María del Carmen de Lucas y Leonardo Martínez disfrutan de un café mientras leen el periódico. RAMIRO

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A. Calvo | León
León

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Los viajes del Imserso están pendientes de que el Tribunal Administrativo del Ministerio de Hacienda resuelva la impugnación presentada por la patronal hotelera que ha paralizado la licitación del programa de viajes que arrancará el próximo septiembre. Los jubilados y pensionistas leoneses son conocedores de esta situación y los habituales de este programa están pendientes de los medios de comunicación y acuden a las agencias de viajes para saber cómo se va resolviendo el caso, pendientes de poder hacer la maleta en los meses de invierno y disfrutar de la playa, las actividades programadas para ellos y unos días fuera de casa.

La patronal hotelera Cehat plantea que, para evitar pérdidas, se suba el precio actual por persona y día a los 25 euros, cuando ahora los pensionistas pagan entre 22,1 y 22,5 euros. Ante la propuesta de los hoteles, los pensionistas leoneses están dispuestos a asumir esta subida en el precio, «pero con condiciones». Entre sus exigencias, una mejora sustancial de la comida. «No puede ser que nos pongan lo mismo para comer todos los días. No pedimos caviar, pero pollo cuatro días seguidos tampoco», comenta mientras toma el café el matrimonio formado por Leonardo Martínez y María del Carmen de Lucas, que también reconocen que aunque hay gente con menos ingresos que durante su estancia en el hotel consume poco, los hay que «tenemos que salir a tomar el café fuera porque o bien la cafetería no está abierta y porque te cobran casi dos euros por un café».

«No vamos a llenar la barriga, pero la comida es muy mala», critican las hermanas Lucía y Natividad Garceo, que aprovechan el programa de balnearios y todos los años hacen un viaje. «Ellos no pierden con nosotros, porque más perderían si tuvieran que cerrar», matizan las hermanas, lo que ratifica Evangelina Rueda al asegurar que sin los viajes del Imserso «los hoteles no sobrevivirían en invierno». El matrimonio formado por Josefina González y Octavio García también son de esta opinión y añaden la pérdida de sueldos de los empleados, si no trabajan durante la campaña de invierno y los costes de la reapertura, pero ellos, que ya han ido varias veces a Benidorm y Tenerife, y también a Lloret de Mar, precisan también que sí estarían dispuestos a pagar un poco más, pero que también mejore la oferta.

Ellos forman parte de los 11.500 leoneses que cada año disfrutan de los viajes que ofrece el Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar Social. «Nos gusta viajar, aunque siempre volvemos malos», comentan con ironía Etelvina Puente y José Ricardo Blanco, que llevan más de medio siglo casados. Ellos ya piensan en las próximas vacaciones y están pendientes de que se resuelva el conflicto y en septiembre les llegue la carta con los destinos que podrán escoger. Eso sí, al igual que muchos de sus colegas de viaje, María Isabel Muñoz y José Antonio Fernández apuestan porque el Imserso haga más viajes desde el «maravilloso» aeropuerto de León.

«Como todos los años vienen a preguntar, son persistentes. Pero también hay resignación», apunta desde la agencia de viajes Halcón —una de las que se encarga de los trámites— Ruth Moreno. Por su parte, el secretario de organización de Pensionistas y Jubilados de UGT, José Eloy Fonseca, defiende que el ministerio abra en León una oficina del Imserso: «Es fundamental, porque además ahora todo se hace por internet». De momento, para el próximo invierno, los viajes están pendientes de que se resuelva la licitación del contrato con los hoteles, después de que las agencias de viajes también respalden al ministerio, como hiciera el presidente del Globalia, Juan José Hidalgo, quien defendió la viabilidad del programa de viajes sociales nacido en 1985.

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