Vía libre ambiental al plan de Latem que consolida el polo metalúrgico de Villadangos

El cambio de molde y perfil industrial del polígono de Villadangos da otro salto. La bendición ambiental al plan de Latem despeja el camino a la expansión de la compañía en este enclave, que hará del aluminio el segundo reclamo de actividad vinculada al área de la metalurgia. Latem Aluminium ya tiene vía libre para expandir sus instalaciones hasta ocupar un espacio de cinco mil quinientos metros cuadrados, necesarias para abordar una producción anual superior a las 31.000 toneladas.

La acción administrativa que impulsa la declaración del impacto ambiental de este negocio que florece al albur del futuro boyante que se le supone al polígono del Alto Páramo comprende la ejecución de una nueva nave, la implantación de un segundo horno rotatorio, la intervención en el proceso del tratamiento de escorias, incremento de la capacidad de tratamiento de residuos y la definición de un nuevo lineal de producción de aluminios, sobre el formato denominado de lingotes.

Latem Aluminios se asentó sobre la factoría que la antigua Compañía Refinería de Aluminio ocupó en Villadangos, en un momento no tan lejano en el que aún no se veía en el horizonte esta opción de negocio que fluye en torno al asentamiento metalúrgico que crece en este enclave; en León, precisamente, esta promoción de la asturiana Asla, va a solidificar una parte relevante del proyecto conjunto de expansión que comparte con la factoría que ha puesto en marcha en Zamora (de mayor entidad, cabida y producción que la leonesa).En total, se contempla una inversión de 110 millones de euros, para generar empleo y actividad en una plantilla de más de 200 trabajadores.

En los últimos meses, la actividad de Latem se desenvolvió sobre la parcela de 22.000 metros que ocupaba prácticamente el perímetro de la antigua refinería de aluminio; con este sello, resolución reciente del área que compete a la administración autonómica en materia de medio ambiente, a duplicar el espacio industrial, incluida la zona de dársenas cubiertas y las naves de almacenaje, para redimensionar las zonas de recepción de materia prima hasta ponerse a la altura del nivel de demanda y oferta que va a incrementar de inmediato.

La ampliación repercute en el producto final, que llegará a 47.680 toneladas anuales, según consta en la memoria que se sometió al examen ambiental.

El proceso de trabajo implica incorporar un sistema de aleación, con la aparición de metales como el hierro, el magnesio y el silicio; en la cumbre de esta transformación, el colado de lingotes de aluminio, encapsulado en bloques de doce kilos. Más peso para Villadangos, enclave del metal.