Diario de León

Infraestructuras ferrovarias

La vía muerta de Torneros acelera la extinción de los talleres de Renfe en León

La idea de trasladar motor y rodaje fuera de la ciudad es ahora un proyecto abandonado que lastra la modernización de los dos centros

León

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Casi todas las previsiones sobre el futuro de los talleres de Renfe Integria en León pecan de optimismo. Se incluye en este repertorio aquella de trasladar las instalaciones a Torneros, para liberar el terreno en el que aún se asientan , y despejar la integración del tren en la ciudad. La primera operación aún está intacta; la segunda, se lleva adelante con un plan muy diferente a la idea que se barajó para el proyecto. La migración de los talleres es una causa pendiente y su retraso resulta inversamente proporcional a las opciones de subsistencia del negocio de mantenimiento y reparación de trenes en la capital leonesa. No hay Gobierno capaz de impulsar aquella estrategia, que en la primera década de este siglo fue un sustento de la renovación urbanística que se planteó en León para reformar la traza ferroviaria y acabar con una brecha que partió en dos el desarrollo de la ciudad. El traslado iba a llevar pareja la modernización de las estructuras, para adecuar los lineales y el material a los nuevos tiempos ferroviarios; carga de trabajo, a la altura de los trenes de vanguardia que acompasan el relevo tecnológico en el sector de los trenes y los raíles; en el sector de las mercancías, y además, y en especial, en los nuevos modelos que desde hace más de quince años se han incorporado al transporte de pasajeros, en la alta velocidad y en los enlaces convencionales. Torneros, además de enclave logístico, iba a ser un núcleo industrial en el que las líneas de mantenimiento de motor y remolcado de Renfe ejercerían como cabeza tractora para devolver a la plaza de León el prestigio que se labró como referente en el mapa ferroviario español. Además del erial que espera paciente a la plataforma de transporte intermodal, los talleres de La Sal y Gutiérrez Salazar subsisten en medio de una actividad menguante a la que cada día se le cae un modelo de la lista de espera de reparaciones, un puesto laboral que no se cubre, o una máquina que encuentra acomodo en otro lugar. En otro taller.

Por debajo de 40
El volumen de plantilla ha adelgazado de forma alarmante durante los dos últimos años

Todas las previsiones que rodean los talleres de Renfe en León pecan de optimismo; hasta el límite de la masa laboral que podrían mantener los dos centros operativos en el caso de que, en un gesto de generosidad, la compañía decidiera conceder como dádiva más recursos que mantener, más ejes, más motores en un movimiento propio de cuidados paliativos para la situación de los talleres, donde a diario ya no llegan a entrar al tajo ni cuarenta empleados. Se incluye en el recuento al personal de la contrata que tiene asignada la reparación de la legendaria 251 (aunque esta externalización está a punto de expirar y la compañía pública no aclara si va a volver a licitar el trabajo). La realidad de los talleres reserva un matiz de crudeza con la fuerza laboral que emplea, que ha perdido en el transcurso de año y medio a más de la mitad de los puestos que de forma oficiosa se asignan a estos talleres mecánicos.

Proyecto abandonado
La migración de los talleres fuera de la ciudad   fue la última opción de modernizar el negocio

En la última década, lejos de avanzar el traslado de los talleres a Torneros (el plan ya no aparece ni en la relación de puntos a ejecutar en el acuerdo político que firmaron PSOE y UPL en verano) el volumen del asentamiento ferroviario leonés adelgazó de forma aguda: la gerencia se fue a Vigo, los componentes de frenado, a Monforte de Lemos, y la base de mantenimiento del noroeste se colocó en Valladolid (donde sí se construyó un nuevo emplazamiento e instalaciones para el taller). Para compensar la merma, toda la inversión que recibieron los talleres leoneses fueron los 200.000 euros que se emplearon como tratamiento de choque para reparar las goteras en el tejado de las naves.

La idea de unificar los dos talleres de remolcado y motor en la plaza de Torneros parece ya tan alejada de la agenda política como la opción de que Renfe vaya a invertir en modernizar unas instalaciones, desproporcionadas y en desventaja con el avance tecnológico de otros centros, donde se reparan los trenes del futuro.

 

Máquinas de un tiempo anterior. Las locomotoras que pasan por el taller de Renfe en León fueron punteras; pero en otro tiempo. Hoy recorren las vías, en algunas ocasiones para la rehabilitación y el reciclaje. La más vanguardista entre ellas es la 449. 

 

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