Diario de León

Prisiones

Vigilancia Penitenciaria no concede la eutanasia a un reo

Es un asturiano de 53 años «desamparado ante mis torturadores»

Vista del interior de la penitenciaría de Villahierro. MARCIANO PÉREZ

Vista del interior de la penitenciaría de Villahierro. MARCIANO PÉREZ

León

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El Juzgado de Vigilancia Penitenciaria número 3, con sede en León, rechazó la admisión a trámite de la demanda de un recluso del Centro Penitenciario Provincial de Villahierro para que se le aplique la eutanasia. El interno, condenado por varios delitos que él califica como menores, sostiene que quiere poner fin a su vida por «los malos tratos, los abusos y las torturas» que recibe en la penitenciaría. Fuentes de la prisión rechazaron esta tesis y aseguraron a este periódico que incluso se le han suavizado algunas sanciones para buscar una vía de entendimiento. El interno será trasladado finalmente la semana próxima a la penitenciaría de A Lama (Pontevedra) como destino final, ante la imposibilidad de alcanzar un estado de convivencia normal con el resto de reclusos.

El penado es un asturiano, natural de Sama de Langreo, de 53 años de edad. «Estoy desamparado ante el poder de mis torturadores», asegura, «y en varias ocasiones he tratado de quitarme la vida. No lo he conseguido por muy poco y ahora me tienen en aislamiento, donde paso 24 horas al día en mi celda, sin apenas ver el sol ya que si miro por la ventana solo veo un muro de hormigón de siete metros de altura».

Problemas con los reclusos

La opinión de la dirección del centro es bien diferente. «Se le ha asignado el módulo de aislamiento porque el resto de los reclusos no desean convivir con él». Asegura el informe psicológico que obra en su expediente que presenta diversas patologías de carácter psiquiátrico y si se ha tomado la decisión de situarle en el módulo 15 es porque en alguna ocasión otros presos han intentado agredirle, a la vista de conductas que ha desarrollado que alteran la convivencia con el resto de personas.

Solución

Los problemas de convivencia con otros reclusos fuerzan su traslado a Pontevedra

«Tenemos derecho a que se nos trate como a seres humanos», asegura el interno, «lo estipula la L.O.G.P. y el artículo 4.2 del reglamento penitenciario vigente». Ruega el autor de la propuesta que se le preste ayuda «porque si no, no sé qué va a ser de mí, pues no tengo recursos para contratar a un buen abogado que me defienda ante la justicia contra estos torturadores». Recuerda el afectado que este periódico publicó el pasado día 26 de abril un artículo sobre el sobreseimiento de una causa abierta «contra varios carceleros de esta prisión de Villahierro por torturar, lesionar a un interno que tenía informes médicos del Hospital de León donde consta que fue golpeado brutalmente (la información de este periódico no estaba redactada en esos términos) y es muy difícil aguantar el sufrimiento que padezco».

Huelga de hambre

El interno llegó a solicitar la eutanasia en Vigilancia Penitenciaria: «Me encuentro en este momento en huelga de hambre y sed y no se me está realizando el control diario, con el gran peligro que conlleva esta situación».

La dirección del centro decidió aislar al recluso a raíz de los incidentes que se han producido con otros presos, que se quejan de que en su celda la música siempre está muy alta y de que mantiene actitudes poco cívicas. Cuando se encuentra en estado normal, llora frecuentemente y pide perdón. Pero esas conductas (siempre según la versión de los responsables del establecimiento) dura pocos días y al final hay que volver a adoptar medidas al respecto porque los demás presos hacen intención de agredirle a menudo.

«Si me matan, no seré el primer caso que justifiquen como un suicidio», advierte el interno. «Tengo que denunciar a toda esta mafia», asegura el penado, que será destinado de forma definitiva a la instalación pontevedresa la semana próxima previsiblemente.

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