Diario de León

Política penitenciaria

Villahierro recibe al tercer preso muy peligroso, condenado por machismo

Lesionó en la anterior prisión a tres funcionarios y su hermano a cinco policías en Lugo

Los sindicatos se quejan de las condiciones de seguridad del centro. FERNANDO OTERO

Los sindicatos se quejan de las condiciones de seguridad del centro. FERNANDO OTERO

León

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Oussama T. un recluso procedente del Centro Penitenciario de A Lama (Pontevedra) se incorporará esta semana previsiblemente a la nómina de reclusos de Villahierro, en su condición de preso muy peligroso incardinado en el epígrafe 91.3 después de lesionar de cierta gravedad a tres funcionarios en la prisión gallega, donde cumplía condena por violencia machista.

Se da la circunstancia de que el recluso pertenece a una familia de reiteración en los incidentes penales, puesto que su hermano ingresó en la cárcel tras herir de cierta gravedad a cinco agentes del Cuerpo Nacional de Policía en Lugo, antes de ser detenido por robo.

La Secretaría General de Instituciones Penitenciarias tiene posibilidad de trasladar a Villahierro hasta cinco presos más de los considerados muy peligrosos (clasificados en el artículo 91.3 del Reglamento Penitenciario), de acuerdo al catálogo de plazas fijado para el Centro Penitenciario de León, que en la actualidad apenas suma 800 reclusos en su nómina de internos. La penitenciaría está adaptando sus protocolos a la llegada de reclusos de estas características.

Actualmente en la cárcel leonesa hay otros dos reclusos de este perfil, Ricardo B.J. y Estéfano M.R., dos varones de 23 y 21 años, que cumplen condena por tres delitos por robos y tráfico de estupefacientes pero que acumulan media docena de agresiones a funcionarios en las penitenciarías por las que han pasado con anterioridad.

Más cupo
Instituciones Penitenciarias puede mandar cinco reclusos más de este tipo

Estéfano protagonizó el último incidente grave del centro, cuando rompió la silla de su celda, un cristal de la ventana y el colchón y comenzó a tirar por la ventana al patio trozos del colchón ardiendo.

Cuando los funcionarios fueron a su celda, se encontraron al interno armado con dos objetos punzantes que había obtenido al romper la silla y se los intentó varias veces en el cuello, aunque no lo logró gracias al material de protección disponible.

Durante la reducción del interno resultaron lesionados dos funcionarios de carácter leve que, al igual que el interno, fueron atendidos en la enfermería del centro penitenciario.

Los sindicatos han denunciado de forma reiterada la falta de condiciones de la prisión para albergar a reclusos de estas características.

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