Diario de León

Villaquilambre pide a la pedanía que no ejecute los despidos del polideportivo

Los trabajadores lamentan el encontronazo con el vocal Jorge Pérez y le acusan de volver a mentir

Colchones en el suelo para los encerrados. FERNANDO OTERO

Colchones en el suelo para los encerrados. FERNANDO OTERO

León

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El Ayuntamiento de Villaquilambre espera que la directiva Socialista de la Junta Vecinal de Navatejera reconsidere su postura sobre el despido que en el trascurso de la semana ha comunicado a ocho trabajadores del Polideportivo de la localidad.

Desde el Ejecutivo Local «no se entiende esta medida ya que los mencionados trabajadores se encuentran en un Erte hasta, por lo menos, el próximo mes de septiembre», informó ayer el Ayuntamiento de Villaquilambre en un comunicado.

En este sentido, el Ejecutivo local vuelve a mostrar su total disposición, en la medida de sus posibilidades, para encontrar una salida a esta crisis, recordando que su compromiso siempre ha quedado claro ya que aporta 90.000 euros anuales, desde hace muchos años, a la pedanía a través de diferentes convenios.

«Y que han sido múltiples las ocasiones en las que se ha ofrecido a ayudar a esta entidad, con el único fin de salvaguardar los puestos de trabajo del polideportivo y evitar el sufrimiento al que están siendo sometidas 17 familias del municipio, encontrándose siempre con negativas y exigencias absurdas por parte de la directiva de la que forman parte Jorge Pérez y Berta Llamazares», denuncia.

Por su parte, representantes de los trabajadores enviaron ayer un escrito en el que lamentan las diferencias con los postulados de la junta vecinal y el encontronazo en el que han desembocado. Pese a ello, la violencia que Pérez atribuye a los trabajadores es la misma que ha sido usada «previamente por los representantes de la junta vecinal contra los empleados en forma de engaños, presiones, y manipulación».

«Violencia —añade el escrito— es despedir a ocho personas de forma ilegal, enterándose los afectados por la prensa antes siquiera de recibir una comunicación formal, o al menos verbal, despojándoles, en aras de intereses personales y partidistas de su medio de vida y el de sus familias».

El documento continúa: «Violencia es sacar a los empleados de un Erte, que les garantizaba durante el periodo de pandemia una cierta estabilidad, para ponerles en la calle, y haciéndoles saber por escrito que no recibirían sus nominas pendientes, que no son pocas y su liquidación a las cuales legalmente tienen derecho, dejándoles a los mismos en la más absoluta indefensión».

Nuevamente las declaraciones del vocal de la junta vecinal están rodeadas «de mentiras e injurias aprovechando cualquier circunstancia para engañar a todo el mundo y crear una cortina de humo siempre con el fin último de aprovechar la situación para desviar la atención del problema real y utilizarlo para sus siniestras maniobras, siempre ávido de poder y confrontación con sus adversarios políticos».

Los trabajadores admiten que tras enterarse de la situación provocada por el vocal Jorge Pérez, del PSOE y la pedánea Berta Llamazares les recriminaron se enfrentaron a ellos, «pero nuevamente mienten, aprovechan en su beneficio la situación, en una posición de victimismo impostado, acusando prácticamente de terroristas a un grupo de trabajadores, que, no lo olvidemos, trabajan a diario con niños, atienden a usuarios de todo tipo habiendo sido siempre modélico el trato prestado en las instalaciones, incluso en los momentos más angustiosos para los propios trabajadores».

«En absoluto nos sentimos orgullosos de faltar a nadie, ni de las reacciones de los trabajadores, que no pasaron de insultos como afirma Jorge Perez, tachándonos de agresores, pero no enseña un parte de lesiones producidas por una sencilla razón, porque no existen», sostienen los trabajadores que siguen reivindicando su puesto de trabajo en un encierro.

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