Diario de León

Defensa

Vocación al servicio de la paz en Líbano

El sargento Jorge Rodríguez García, de 23 años, aterrizó en el país de Oriente Próximo como parte de la misión de paz FPNUL de Naciones Unidas «El pueblo libanés no quiere que nos vayamos; nos tratan como hermanos», dice

2020010602333538749

2020010602333538749

Publicado por
León

Creado:

Actualizado:

«No tenía miedo de irme a Líbano porque gracias a la intervención de Naciones Unidas es un país más estable, aunque siempre pueden surgir incidentes». La referencia paterna y la admiración a los valores, la disciplina y la educación de los militares fueron las claves para que Jorge Rodríguez García (León, 1996) decidiera ser parte del Ejército español, concretamente de la Legión. En noviembre de 2019 el sargento leonés se desplazó al sur de Líbano para incorporarse a la Base Miguel de Cervantes en el pueblo de Marjayoun, dentro de la Fuerza Provisional de las Naciones Unidas para el Líbano —FPNUL, en inglés UNIFIL—.

Jorge forma parte de la Unidad de Transmisiones, cuya principal función es «proporcionar al Mando las capacidades de mando y control; las telecomunicaciones e información necesarias para dirigir las misiones encomendadas al contingente español», explica, «lo que incluye comunicaciones vía satélite, radioenlaces, red radio VHF, UHF, sistemas de información (correo electrónico, mensajería oficial, portal web)», con lo que el Mando puede dirigir a sus tropas a las diferentes misiones. Además, el leonés será también profesor en un colegio de Marjayoun dónde impartirá clase de español a niños de cuarto y quinto de Primaria, como parte del Programa Cervantes del Instituto Cervantes. «En las pocas clases que llevo ya me parece una experiencia increíble que no cambiaría por nada del mundo», revela emocionado. Lo que más le ha impresionado desde su llegada es «la relación del pueblo libanés con la BRILIB». «No solo nos aceptan y nos dan las gracias por estar aquí, ayudándoles, sino que no quieren que nos vayamos. Es un pueblo muy amable, humilde y agradecido, nos tratan como hermanos», expone.

"Las pocas clases que he dado me han parecido una experiencia increíble; no lo cambiaría por nada"

Según desvela Jorge, España se encarga de controlar el sector este del despliegue de la FPNUL (militares desplegados bajo el paraguas de Naciones Unidas) —al sur del río Litani, que corta horizontalmente Líbano para desembocar en el mar Mediterráneo— con 650 militares, así como de «velar por la paz y asistir a las Fuerzas Armadas libanesas. Todo ello para cumplir lo establecido en la Resolución 1701 de las Naciones Unidas y evitar así una nueva escalada de violencia», afirma. Dicha resolución fue aprobada en 2006 a raíz de la Guerra Israel-Hezbolá por el Consejo de Seguridad de la ONU, y determina «un cese completo de las hostilidades, retirada de las fuerzas de Israel del Líbano y el despliegue de la FPNUL en todo el sur. Además se pide el desarme de los grupos armados y el pleno respeto de la Línea Azul», señala el sargento leonés, que es el más joven dentro del cuadro de mando en Líbano y también de los más jóvenes de la BRILIB con 23 años recién cumplidos.

La misión de paz fue aprobada en la resolución 1701 a raíz de la guerra Israel-Hezbolá

Además, el Ejército español también realiza «labores CIMIC (Cooperación Cívico-Militar) como es la ayuda a los ganaderos libaneses por parte de los veterinarios, porque al sur del río Litani la agricultura y la ganadería son el principal sustento de la población local; clases de Lengua Española en colegios y ayuntamientos de diferentes pueblos; mercadillos o actos culturales», indica.

El ocio y el deporte, necesarios

El sargento Jorge Rodríguez García trabaja todos los días de la semana con un horario fijo, pero realmente su disposición es absoluta. «Aunque tenemos un horario de trabajo, el servicio es de 24 horas al día, por lo que todo el personal de transmisiones dispone de un teléfono inalámbrico por si surgen incidencias fuera de ese horario laboral», matiza. En su día a día está acompañado por otros cuatro militares y asegura que durante la jornada su empleo le absorbe de tal manera que, tras cumplir con su horario, «allí seguimos intentando mejorar el servicio».

Para desconectar de la rutina Jorge aprovecha las horas del medio día. «Es cuando salgo a hacer deporte, ya que considero necesario mantener una actividad física que te ayuda no sólo a mantenerte en forma, sino también a descargar tensiones», admite. Junto al deporte, están los momentos que pasan por la tarde en la cantina, donde juegan al billar, al pin-pon, al futbolín... «El ocio también es necesario para mantener la fuerza mental; y son ratos en los que confraternizas con otros compañeros cuya actividad en horario laboral es distinta».

León en la mirilla

A 3.741 kilómetros de distancia, Jorge niega que se le esté haciendo duro porque cada día hace algo diferente, tanto en el trabajo como en su tiempo libre. «Organizamos partidos de fútbol, o de baloncesto, torneos, también alguna barbacoa de vez en cuando, y actividades en grupo»; y añade que es gracias a los compañeros «que intentan hacer esto más llevadero» y que al final se convierten en «una segunda familia».

«León lo llevo echando de menos desde que me fui a la academia hace más de cuatro años. Obviamente se echa de menos tu casa, tu familia, tus amigos y las personas a las que quieres», declara con nostalgia y con la vista puesta en los seis meses que le quedan en Líbano. Jorge lamenta perderse las navidades y algunos cumpleaños, pero se muestra «seguro» de que sus compañeros de misión estarán ahí siempre que lo necesite. «Millán-Astray ya nos lo enseñó en el sagrado Credo Legionario, concretamente en Espíritu del Compañerismo: ‘Con el sagrado juramento de no abandonar jamás a un hombre en el campo hasta perecer todos’. Aquí, todos somos uno», concluye el sargento Jorge Rodríguez citando al fundador de la Legión.

tracking