Diario de León

El debate de la autonomía para León

ENTREVISTA DIEZ | "Me tiene que convencer mi partido a mí"

Entrevista con el alcalde de León, José Antonio Diez

El alcalde de León, José Antonio Diez, en su despacho de San Marcelo. RAMIRO

El alcalde de León, José Antonio Diez, en su despacho de San Marcelo. RAMIRO

León

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Detrás de su mesa hay un gran libro sobre un atril. José Antonio Diez (León, 1968) se sienta con la Constitución a su espalda.

—¿Es una coincidencia que esté abierta por el artículo 143?

—No. Mi predecesor la tenía en el artículo 155. Eso ya denota una diferencia importante entre quién ocupaba antes la Alcaldía y quién ahora. Es una manera de reivindicar el derecho constitucional que tiene la Región Leonesa.

—Si lo tenía tan claro, ¿por qué no lo incluyó en su programa?

—Podemos reivindicar o exigir pero no ejecutar. En un programa electoral sueles poner aquello sobre lo que tienes una competencia; yo puedo poner si voy a hacer Ordoño.

—Sí puso otras reivindicaciones.

—Podríamos haberlo puesto, pero el programa ya tiene una serie de connotaciones claras y toques distintivos en el apoyo hacia lo leonés. Es cierto que no estaba este tema, pero si a los políticos les valoráramos por cumplir o incumplir lo que viene en los programas electorales, esto no tendría mucho sentido.

—Pero no hablamos de adoquinar o no una calle.

—Ya he dicho que he comentado este tema en otras ocasiones y la traslación de ser alcalde le ha dado un eco muchísimo mayor. A ningún alcalde de León debería exigírsele que en su programa llevara la defensa de su tierra; debe ir implícita. Dentro de esta defensa está pelear por algo que es evidente. Esas cosas tampoco son las más determinantes.

 

Mi predecesor tenía abierta la Constitución en el artículo 155. Eso ya denota una diferencia importante entre quién ocupaba antes la Alcaldía y quién ahora

 

—Llegará donde quieran los leoneses, dice, pero ¿cómo?

—Hay una parte importante de pedagogía. No tanto en la Región Leonesa, ni en los colectivos sociales de esta región, sí fuera. Lo importante es que la gente entienda que lo que pedimos no tiene que ver con independentismo, ni con crear fronteras, ni confrontación de territorios, sino que se cumpla con algo que inicialmente se nos negó en el proceso constitucional por cuestiones de Estado que nunca fueron suficientemente explicadas; ahora demandamos que lo sea. No es una cuestión de hoja de ruta, que será la que marque la propia legislación sobre cómo se realiza este proceso. Los expertos constitucionalistas dirán cuál es el camino más apropiado. Pero lo importante es la labor pedagógica, incluso dentro de mi partido; no tanto en León, donde creo que siempre ha sido leonesista como somos prácticamente todos los leoneses, sino fuera.

 

Me tiene que convencer mi partido a mi. Yo estoy del lado de la razón, de lo que desean los leoneses

 

—Su partido sería leonesista, pero no autonomista. La provincial y más arriba están en contra.

—Quien es leonesista parece difícil que pueda defender otro marco que no sea el de la autonomía; lo demás son paños calientes. Tampoco he escuchado a muchos dirigentes del partido opinar sobre esto. A mí me mandaron, supuestamente, porque la forma de llegar fue extraña, desde la secretaría de Organización federal un escrito que entendíamos que no se ceñía en nada a la moción. Acababa concluyendo sobre la inconstitucionalidad de la medida, cuando eso debe hacerlo el Constitucional. No había argumentos y viendo esto decidimos mantener la postura coherente con nuestro sentimiento.

—¿Tuvo llamadas del aparato?

—Tuve algún consejo de algún amigo influyente. Le escuché, me escuchó y ya está.

—Algo de caso le hizo porque pidió paralizar la moción.

—Sí, le dije a la UPL que apoyaríamos la moción, pero que podría ser más conveniente que pasara la investidura. La UPL me dijo que no y soy de palabra. Recibí también un whastapp de otro miembro de la ejecutiva federal el mismo comunicado, pero sin más.

—¿Ábalos?

—No. Ningún cargo orgánico del partido ha hablado conmigo antes, salvo lo que llegó vía escrita y la conversación de un amigo personal. Después, poco más (sonríe). Hablé con Tudanca y nadie más.

—¿Le trasladó que podían sancionarle?

—Hablé del comunicado de la federal y autonómica que comparto casi en la totalidad sobre las causas y quiénes son los culpables de la relación en la que estamos. Si en esta comunidad hubiéramos tenido un tratamiento equilibrado, el sentimiento lo tendríamos pero nos habrían quitado muchos argumentos. Hay un gran culpable, que es el PP.

 

Lo importante es que la gente entienda que lo que pedimos no tiene que ver con independentismo, ni con crear fronteras, ni confrontación de territorios, sino que se cumpla con algo que inicialmente se nos negó en el proceso constitucional por cuestiones de Estado que nunca fueron suficientemente explicadas

 

—¿Si gobernara el PSOE no haría falta?

—No estoy diciendo eso. La causa principal es la situación en la que se encuentra esta región consecuencia de las políticas de quien ha gobernado esta comunidad. El análisis es sencillo. No sé si en el caso de que el PSOE hubiera gobernado las cosas habrían sido diferentes; quiero creer que sí, al menos desde el punto de vista de la vertebración y el desarrollo, no de que nos quitaran el sentimiento leonesista. Lo que no comparto es que no se pueda apoyar esto. A ellos no les ha gustado y lo entiendo porque va contra la línea del partido, pero no es ilegítimo, ni inconstitucional. Mi partido es el partido y tendrán que decir lo que quieran. Si me llaman para algo, diré lo que tenga que decir.

—¿Teme represalias o que le abran un expediente?

—No, no. Un expediente pueden abrírmelo, ya tengo experiencia, no soy nuevo en este tema. Te los abrían por cosas que también cualquiera diría. No tengo miedo porque lo que hago es desde los argumentos, la justicia y la legalidad. Si consideran que es tan sumamente malo, terrible y que no coincide con los principios y valores socialistas, ni otras negociaciones de la nación española, que me lo expliquen y me defenderé. El partido es el partido y yo estoy sujeto a él.

—Vamos, que no se saldrá de la línea si le dicen hasta aquí.

—Depende de dónde me marque la línea el partido. Si me dice continúa y si lo consigues, bien y si no lo consigues, mal...

—¿Si le niega ese camino, se plantea salirse para defenderlo?

—De mi partido voluntariamente no me voy a ir nunca.

—En León, en su partido ya han dicho que están en contra.

—Yo no lo he escuchado.

—Son quienes trasladan el documento de Madrid.

—Fueron el cartero.

—El presidente de Diputación, que no es cartero, ya ha dicho que no. ¿Cómo convencerles?

—Con pedagogía y sentándose. Me tienen más que convencer ellos a mí. Yo estoy del lado de la razón, del sentimiento, de la opinión popular y de lo que desean los leoneses. Tendrán que convencernos ellos de por qué estamos mejor donde estamos. La razón y los argumentos están de este lado.

 

Un expediente pueden abrírmelo, ya tengo experiencia, no soy nuevo en este tema. Te los abrían por cosas que también cualquiera diría

 

—Ante las presiones, ¿qué les recomienda a los compañeros de los pueblos?

—No voy a ser públicamente, ni lo seré nunca, el cabecilla de ninguna rebelión dentro de mi partido, que lo tengan claro. Cada uno de los compañeros votará en función de lo que crea: en conciencia, en disciplina...

—¿No les da consejo?

—Yo doy hechos, no consejos. No soy quién, ni estoy autorizado, ni debo hacerlo, para decirle a mis compañeros de partido qué deben hacer o no.

—¿Cree que le beneficiará políticamente?

—No lo he hecho por beneficio personal o político. Incluso hay quien dice que es el fin de mi carera política por posicionarme contra mi partido.

—Pero sabe que le dará votos.

—(Piensa). No lo sé, no lo he hecho con ese pensamiento y tampoco es algo que se pueda contrastar. Este proceso no está encauzado buscando rédito político sino buscando mi objetividad como alcalde de una ciudad que se muere, que no se piensa quedar con los brazos cruzados como han hecho los anteriores diciendo sí, bwana a todo.

 

De mi partido voluntariamente no me voy a ir nunca

 

—¿Cree que le pasará factura en su partido?

—Procuro ser disciplinado, aunque también tengo fuertes principios. Cuando las cosas van contra los principios y los principios no atentan contra los de mi partido avanzo en ellos. En moción de censura de Ponferrada la paralización de todo aquello soy yo como secretario general de la agrupación local. Incluso alguno, alguno que hoy ocupa cargos relevantes en la provincia y formaba parte de mi ejecutiva, no apoyó aquello.

—Habla de Cendón.

—No hablo de nadie, digo alguno. En la vida uno va haciendo su camino y se le va conociendo por sus hechos. No temo que esto me pueda llevar a problemas en mi partido, que no cuenten conmigo para esto o lo otro. Creo que sería un gravísimo error por su parte.

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