Mascarillas, toma de temperatura y lavado de manos en la vuelta al cole de 30.000 alumnos

Llegó el día. Casi 30.000 alumnos de Infantil y Primaria regresaron esta mañana a clase después de seis meses con los colegios cerrados por culpa de la pandemia. Entraron de forma escalonada, sin incidentes, y prácticamente sin aglomeraciones en los accesos a los centros.

Cada curso estaba citado a una hora diferente para reducir al máximo el contacto entre los alumnos. Al llegar, les tomaban la temperatura y les lavaban las manos con gel hidroalcohólico, mientras los padres, más preocupados que los pequeños, observaban desde la puerta.

Todo estaba perfectamente organizado por los profesores, que distribuían a los estudiantes en filas antes de pasar los pertinentes controles a los que obliga la emergencia sanitaria.

Mascarillas obligatorias a partir de los seis años y distancia de metro y medio en los últimos cursos de Primaria.

El lunes regresan los de Secundaria y Bachillerato . Otros 30.000. De poco sirvieron las presiones de la comunidad educativa, incluidas las ampas, para que se aplazara el arranque del curso una semana. Las aulas ya están abiertas. Y los protocolos de prevención en marcha.

En Ponferrada las clases comienzan mañana, ya que está en plena celebración de La Encina. 

En primera persona

"Hay que volver a la normalidad", apunta Alfonso mientras su hija, que estudia tercero de Primaria en el Luis Vives, espera pacientemente a que llegue su turno para entrar en clase. "Estos seis meses han sido duros , con la tercera evaluación haciéndola desde casa y casi sin poder conciliar con el trabajo", reconoce. "Nosotros hemos podido comprar una impresora y teníamos un ordenador, pero hay familias que lo han pasado mal", señala Alfonso, que el mismo martes por la noche, a pocas horas de que arrancara el curso, supo que su hija finalmente estaría en el grupo D.

"Hicieron un desdoble más el día antes para reducir el número de alumnos por aula", revela. Muchos centros han tenido problemas para cumplir con la distancia de seguridad de metro y medio. Hay poco espacio, a pesar de que las ratios, de hasta 25 estudiantes, son bastante más altas de las que reclamaba la comunidad educativa. Eso provocó una rebelión entre algunas ampas y, sobre todo, entre el profesorado , que pedía algo más de tiempo para adaptar todas las instalaciones. Educación, que defiende la eficacia de sus protocolos, mantuvo la fecha inicial a pesar de las presiones.

Las aulas ya están abiertas y los primeros 30.000 alumnos de León desempolvaron a primera hora sus mochilas para reencontrarse de nuevo con los amigos.