Diario de León

La vuelta al cole de las mascarillas y la distancia social

«Hay que volver a la normalidad», aseguran los padres, que confían en las medidas puestas en marcha por profesores y equipos directivos

Alumnos del Colegio Peñacorada acceden al centro. DL

Alumnos del Colegio Peñacorada acceden al centro. DL

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León

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Mascarillas, gel hidroalcohólico, alfombras desinfectantes, distancia de seguridad, accesos restringidos a las familias... La vuelta al cole de los primeros 30.000 alumnos de la provincia puso ayer a prueba los protocolos de seguridad aprobados por todos los centros de León, que reabrieron de nuevo tras medio año cerrados a cal y canto como consecuencia de la emergencia sanitaria.

El traqueteo de las mochilas y el murmullo que salía de los patios devolvió el pulso a la capital leonesa, que se despertó con más tráfico que de costumbre. Alguna carrera y las habituales lágrimas, sobre todo entre los primerizos, dieron paso a los reencuentros, ordenados, en la puerta de cada colegio, desde donde se distribuían las filas para limitar al máximo el contacto entre compañeros. Cada curso estaba citado a una hora diferente. Al llegar, les tomaban la temperatura y les lavaban las manos, mientras los padres, más preocupados que los pequeños, observaban desde la entrada.

«Hay que volver a la normalidad», apuntaba Alfonso mientras su hija, que estudia tercero de Primaria en el Luis Vives, esperaba pacientemente a que llegue su turno para entrar en clase. «Estos seis meses han sido duros, con la tercera evaluación haciéndola desde casa y casi sin poder conciliar con el trabajo», reconoce. «Nosotros hemos podido comprar una impresora y teníamos un ordenador, pero hay familias que lo han pasado realmente mal», advierte.

«Debemos confiar en el profesorado y en las medidas de seguridad que se han puesto en marcha. Los niños tienen que estar en la escuela, con sus amigos», añade Esther, que ayer llevó a su hija María por primera vez al colegio. Tiene tres años recién cumplidos. «El primer día ha sido una auténtica locura. Se quitó el uniforme tres veces y tuve que llevarle en brazos. No quería ir», señala.

El lunes regresan los de Secundaria y Bachillerato. Otros 30.000. De poco sirvieron las presiones de la comunidad educativa, incluidas las ampas, para que se aplazara el arranque una semana. Las aulas ya están abiertas. Y el curso en marcha.

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