Diario de León

BMW. Del motor ‘bóxer’… a ‘pastorear’ Moto GP

La idea de un joven ingeniero… plasmada en motocicleta

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JAVIER F. ZARDÓN

Hace un siglo… pistones «uno contra otro». En 1920 arrancaba la producción del nuevo motor ‘bóxer’: buen funcionamiento y fiabilidad. Con 34 años, Stolle, inspirándose en el motor que impulsaba su moto Douglas, tuvo la brillante idea de diseñar un motor bicilíndrico de 500 c.c., refrigerado por aire y con cámaras de combustión colocadas horizontalmente.

Una disposición motorística, que ya se conocía como ‘bóxer’, y cuyos cilindros funcionaban —funcionan— «uno contra otro»… similar al movimiento de los boxeadores en una pelea.

El motor se ganó el corazón de los aficionados por su excelente rendimiento —suave desde el arranque—, cualidad que continúa entusiasmando a los fanáticos de las motocicletas BMW impulsadas por ese tipo de mecánicas.

Aquel joven ingeniero adscrito al departamento de desarrollo de la Bayerische, bajo la prohibición como todas las compañías alemanas tras la Gran Guerra de producir motores de avión, se dedicaba a la fabricación de motores tetracilíndricos de gran cilindrada destinados a camiones, tractores y embarcaciones, para poder ‘subsistir’, pero hacía falta un nuevo producto para asegurar el futuro… nacía el ‘bóxer’, que arrancó su producción en 1920: 6,5 CV a 4.500 vueltas.

El nuevo «Bayern-Kleinmotor» (pequeño motor de Baviera) se instaló en motocicletas Helios, Bison, SMW (Stockdorfer Motores Werke), Corona y Hoco; aunque las que tuvieron más éxito las fabricó la Nürnberger Victoria-Werke. El modelo KR 1, impulsado por el «Bayern-Kleinnotor» de BMW, atesoró una abultada cartera de clientes: más de un millar de aquel pionero ‘bóxer’ de BMW.

Dos años después del lanzamiento, siguiendo los pasos de ‘su’ motor, Martin Stolle cambiaba de compañía pasándose a Victoria-Werke, donde participaría en el desarrollo de otras motos de gran éxito.

Por su parte, el también ‘maestro ingeniero’ Max Friz, padre motorístico del avión «Illa» e ingeniero feje de BMW, exploraba nuevos horizontes una motocicleta, para lo que necesitaba «paz y tranquilidad»; así que, mudó un gran tablero de dibujo al cuarto de invitados de su casa, situada justo frente a la planta de fabricación.

En diciembre de 1922 nacía, arropada por ese «silencioso ambiente», un icono del motociclismo: la R 32, primera moto de BMW; motor ‘bóxer’, combinado con una robusta transmisión ‘cardán’ sustituyendo a la cadena y con la caja de caja de cambios sujeta directamente al motor… toda una ‘refrescante’ idea, de inmediata acogida comercial, presentada en sociedad —septiembre de 1923— como «La Motocicleta Touring de Bayerische Motores Werke».

Sólo un año después, la R 37 se comercializaba como «Sportmodell», mientras el sistema de denominación que hoy conocemos, llegaría de la mano de la R 42 en 1926.

Esa —entonces revolucionaria— combinación de motor ‘bóxer’ con transmisión ‘cardán’ y cambio atornillado al motor, sigue vigente hoy en las BMW de la Serie R; un siglo después, el legado de Martin Stolle y Max Friz sigue «dando fe» de la creación del primer motor ‘bóxer’ de BMW.

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