Diario de León

Las carreras… caldo de cultivo

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León

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Del Mundial de Rallyes a la Resitencia… y a la gloria.

En 1981, Audi debutó con la tracción Quattro en rallyes para… ‘arrasar’ en la siguiente temporada. En el 82 se alzaba con el título de Marcas y con el de Pilotos en el 83 con —nada menos— otra ‘leyenda’ al volante: el finés Hannu Mikkola; para redondear, con doblete Pilotos/Marcas, en 1984, cuando le tocaba el turno a otro de los ‘nórdicos voladores’: el sueco Stig Blomqvist. El entonces ‘batalla corta’, daría paso (1985) al Sport Quattro S1 (476 CV).

Por si faltaba ‘algo’… Walter Röhrl —el piloto ‘de casa’— se alzaba con la victoria en la subida a ‘Pikes Peak’, al volante de un S1 especialmente modificado para ‘esa’ carrera norteamericana, colofón… perfecto.

Arrancaba una nueva era en las pruebas de carretera, no siempre ‘comprendida’, sobre todo por sus competidores, y por un buen puñado de aficionados que veían en ‘aquella’ tecnología el fin de las espectaculares derrapadas de los propulsión trasera; juicio que, con el paso de los años, se revelaría un tanto desacertado: los ‘cuatro ruedas’… deslizaban tanto, o más, que los propulsión… como hoy.

A renglón seguido, Audi cambiaría al circuito, a las carreras de Turismos.

Doblete (Pilotos/Marcas), con el Audi 200, en el campeonato americano ‘Trans-Am’ de 1988 para, al año siguiente, hacer lo propio en el certamen ‘IMSA GTO’.

En las dos siguientes temporadas (1990-91) el protagonismo correspondería al ‘mächtig’ —poderoso— V8 Quattro en el DTM (Campeonato Alemán de Turismos, considerado auténtico «Mundial»), firmando dos títulos de Pilotos. En 1996, el A4 Quattro Supertouring, participó en siete campeonatos nacionales… y los ganó todos.

Dos años después… se acabó: la ‘sesuda’ reglamentación europea —nada nuevo bajo el sol— prohibía, ‘de facto’, la tracción total en los campeonatos de turismos en circuito.

‘Inasequible al desaliento’, en 2012, un Audi con tracción total volvía a las pistas, y no a ‘cualquier’ pista… a Le Mans: el V6 TDI del R18 e-tron Quattro, impulsaba las ruedas traseras, mientras que un acumulador de inercia proporcionaba la energía recuperada lo hacía a dos motores eléctricos ubicados en el eje zaguero; así… se usaba —momentáneamente— durante la aceleración.

Consecuencia: tres victorias absolutas en las ’24 Heures du Mans’, amén de dos títulos de Pilotos y de Marcas en el Campeonato del Mundo de Resistencia (WEC).

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