¿Comprar Ferrari?

Ford lo intentó… sin conseguirlo. Hay quién opina —no sin fundamento— que el rechazo —frontal— del Commendatore Enzo Ferrai a la oferta de compra por parte de Henry Ford II, desató ‘la guerra’… y el desembarco en La Sarthe de la armada GT40: un coloso de la industria automotriz versus la artesanal concepción del automóvil… joyas sobre ruedas.

«Ford corría el domingo para vender coches el lunes». «Ferrari vendía coches durante la semana, para correr el domingo». Así estaban las cosas entonces, casi… como ahora; sólo que, entonces, se barajaba ‘algo’ más: la honra —deportiva— y… ‘por mis…’; así que, el coloso americano tampoco se paró en barras: 15 millones de dólares —su oferta— que, entonces como ahora, tampoco eran ‘moco de pavo’.

Entre que ‘Il Commendatore’ no tenía la mínima intención de perder protagonismo (quería seguir mandando en ‘su’ marca) y que ‘El Yankee’ tampoco estaba dispuesto a perderlo (su protagonismo)… se rompió la baraja y Ferrari, por aquello de que todo quedase ‘en casa’, volvió la vista… hacia Fiat, y ahí sigue; pero esa… es otra historia. La que hoy nos compete es que, contra vientos y alguna que otra marea… cada cual se quedó ‘en su casa’.