Diario de León

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Del sistema MMI (‘Multi Media Interface’) al ‘Virtual Cockpit’ y la digitalización para los controles del coche… Audi evoluciona los sistemas de control.

Independientemente de si se trata de un compacto, un SUV, un ‘drástico’ deportivo o una berlina de lujo, el puesto de conducción puede utilizarse hoy de forma rápida e intuitiva.

Desde aquellos ‘primitivos’ salpicaderos plagados de pulsadores e indicadores analógicos hasta la digitalización total de, por ejemplo, la actual cuarta generación del A8… hay ‘un mundo’.

Aunque parezca mentira, hoy, los responsables de diseño interior de los ‘Cuatro Aros’, siguen mirando al pasado, continúan ‘inspirándose’ (basándose) en los planteamientos que se utilizaban en el Audi 100 de 1970: un orden lógico.

 Ya entonces, los controles necesarios para la conducción se organizaban en torno al volante: luces y limpiaparabrisas, a la izquierda; la calefacción o la radio, a la derecha con, indefectiblemente, el volante de aro fino —finísimo— incluyendo el claxon; así que, ‘aquella’ instrumentación, ofrecía toda la información necesaria sobre la conducción y funcionamiento del motor merced a un completo conjunto de indicadores analógicos.

Infinidad de cosas han evolucionado en los últimos cincuenta años… ninguna como el aparato de radio —el ‘cassette’, ya saben—, que ha pasado de servir para escuchar ‘la radio’ —¡pues claro!— a convertirse en toda una ‘central de comunicaciones’. Si en el primer Audi 100 todavía se situaba a la derecha, con su manejo limitado —mayormente— al copiloto, en el Audi V8 de 1988, la radio pasa —por primera vez— a la consola central, diseñada, incluso, para alojar infinidad de funciones y mandos.

Consecuencia: la radio fue precursora de los modernos sistemas de infoentretenimiento.

Con la década de los 90, llegan las pantallas digitales y los dispositivos GPS; pantallas que mostraban múltiples funciones en un área muy compacta, lo que posibilitaba utilizar un sistema de información al conductor, que combinaba los principales indicadores analógicos, con una pantalla digital: reducción de la instrumentación a favor de la consola. En el Audi V8, donde sólo cabía la radio, la pantalla multimedia del sucesor A8 (1994-2002), fue la primera en combinar las funciones de comunicación, multimedia y GPS en un único dispositivo.

Precisamente en 2002, con la segunda generación A8, se optimizaba el concepto MMI, para que el conductor pudiese controlar el dispositivo sin necesidad de apartar la vista de la carretera: un mando giratorio que, también podía pulsarse, rodeado por cuatro teclas de acceso a las principales funciones del coche.

La pantalla comenzaba a tomar protagonismo: ampliaba su tamaño y trasladaba al salpicadero, en una posición más elevada, para una mayor facilidad de consulta por parte dl conductor.

A partir de ahí… el MMI ‘touch’, primer táctil estrenado en la tercera generación del buque insignia A8 (2010); tres años después, se fusionaba la rueda de control y el pulsador en un único elemento —‘Touchweel’—, adoptado en el A3, cuya superficie táctil ‘soportaba’ más de 600.000 contactos con las yemas de los dedos sin presentar ‘síntomas’ de desgaste.

A renglón seguido… el ‘Virtual Cockpit’, montado en la tercera generación (2014) del sugestivo deportivo TT Coupé: ‘display’ TFT (12.3 pulgadas) que informaba al conductor justo en su línea de visión, detrás del volante.

Actualmente, el ‘Virtual Cockpit’ cuenta con vistas adicionales y funciones ampliadas, como los modos deportivos.

Y hasta… dos pantallas táctiles, con respuesta háptica (‘sensibilidad’ equiparable a la de un mando mecánico) que, para ‘variar’, se presentaron en el A8 de 2018: la pantalla superior para el sistema de infoentretenimiento, y la inferior para la climatización y otras funciones como la introducción de textos mediante el reconocimiento de escritura, eliminando la mayoría de mandos convencionales.

También esa cuarta entrega del A8, ‘conoció’ la primera aplicación de la ‘Inteligencia Artificial’ en un coche de producción en serie: los sistemas ‘AI’, son personales y proactivos, capaces de ‘aprender’ y hasta ‘pensar’, reconociendo relaciones ‘lógicas’, y analizando información, tanto del entorno como almacenada en la ‘nube’; un futuro… que acabará haciéndose presente en el Aicon, un ‘concept-car’ de coche autónomo que prescinde, incluso, del volante y hasta de los pedales.

Ustedes perdonen, personalmente… sigo prefiriendo el volante.

Pero esa… es otra historia. Otra forma de ver la vida.

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