Mercedes AMG GT. Naranja… exclusivo

JAVIER FERNÁNDEZ

‘Black Series’… automóviles especiales. Mercedes AMG utiliza esta denominación desde 2006, conjugando una deportividad ‘sin concesiones’, salpimentada con un expresivo diseño, fruto de una sistemática transferencia tecnológica del automovilismo deportivo a la producción en serie.

Auténticas joyas, los modelos ‘Black Series’ no se desarrollan para guardarse en los garajes de los coleccionistas; muy al contrario, a pesar incluso de su homologación para la carretera, su destino es poner en valor sus prestaciones en los circuitos de carreras, siguiendo los pasos —la tradición— hoy, del motor V8 más potente firmado nunca por el ‘preparador de culto’ AMG; también la más versátil de las mecánicas que hayan tomado la salida —y cruzado bajo la ejedrezada— en los circuitos de todo el mundo.

Consecuencia: 730 CV para este nuevo biturbo V8 de cigüeñal plano y 4.0 litros, capaz de ‘sprintar’ de cero a cien en 3,2 segundos, alcanzar los 200 por hora en escasamente 9 segundos y contabilizar una punta de 325 por hora.

La similitud con los ‘bólidos’ de carreras AMG GT3 y GT4 es, visual y técnicamente, más fuerte que nunca.

Además de la nueva entrada de aire de refrigeración, considerablemente más grande que adopta el AMG GT; otro derivado, por vía directa de la competición, es el también nuevo capó realizado en fibra de carbono, con dos generosas salidas de aire, con superficies de carbono y acabado negro, que guían el aire caliente fuera del compartimiento del motor; tecnología que, paralelamente, aumenta la carga aerodinámica general del coche, a la vez que se reduce la resistencia del aire y se optimiza el flujo de refrigeración del motor.

Los cojinetes de las horquillas superior e inferior del eje trasero, también provienen directamente del automovilismo de competición: su diseño garantiza un ajuste sin juego, lo que significa que la convergencia y la caída no cambian, incluso bajo cargas elevadas, lo que garantiza un guiado muy preciso del coche en curva.