Mustang California Special. Del sueño… a la realidad
Ford canaliza el icónico espíritu de 1968
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JAVIER F. ZARDÓN
El estilo… por bandera. El estilo por excelencia de la costa oeste americana, cruza el Atlántico… en clave de Mustang California Special: encarnación del ‘espíritu libre de 1968’, tan clásico como su techo blando plegable, como sus detalles exclusivos: llantas de aleación (19 pulgadas) de cinco radios y distintivos de «cambio de color», que acaban por proporcionar un aspecto ‘diferente’ a un modelo poderosamente animado por la mecánica de gasolina V8 que rinde 450 CV.
Su habitáculo 2+2, conducción divertida ‘a cielo abierto’, tampoco prescinde de tecnologías de última hornada: cuadro de instrumentos (12 pulgadas) específico y personalizable, además de una avanzada conectividad ‘SYNC 3’ por comandos de voz.
Reinvención del diseño clásico. Cuando, en 1964, el ahora icónico Ford Mustang salió a las calles, proliferaron los clubes de propietarios por toda América, a la vez que muchos concesionarios creaban sus propios diseños personalizados, inspirados, los más audaces, en el prototipo Shelby GT ‘notchback’ de 1967… California Special: parrilla oscurecida, faros antiniebla, franjas laterales de competición y un alerón inspirado en el Shelby; nacía así una serie limitada del California Special, que Ford produciría en 1968.
Ahora, la reinterpretación del original, también adopta la parrilla frontal en ‘panal de abeja’, acabada en Negro Ébano y con la insignia GT/CS en Rojo Carrera, además de las franjas laterales inferiores acabadas en negro, rojo y gris. Incluso las mejoras aerodinámicas apuntan a las prestaciones del V8, merced a un sobredimensionado ‘splitter’ delantero, además de unas opcionales tomas de aire latero/zagueras; también en la zaga, se adopta un tapón ‘Califiornia Special’ situado encima de los cuatro tubos de escape.
La paleta de colores incluye los característicos ‘Azul Grabber’’ y ‘Naranja Cyber’, que contrastan con la capota negra plegable, capaz de transformar el perfil de coupé en un elegante descapotable… en 8 segundos.
Para redondear, los 5.0 litros del V8, unidos al cambio automático de 6 relaciones, al diferencial de deslizamiento limitado y a los 4 modos de conducción (Normal, Sport, Track y Nieve/Húmedo), permiten anuestro protagonista ‘sprintar’ de cero a cien en 4,8 segundos; en 4,5 si se opta por la cambio automático de 10 velocidades.