Paso decisivo… los automóviles
Una joya… recuperada. Si, desde sus albores, Opel ha venido cultivando la competición, pocas ‘joyitas’ tan sugestivas como el coche de Gran Premio de 1913; desarrollado para el ‘Grand Prix de France’, precursor de las actuales carreras de F1: motor tetracilíndrico de 3.8 litros y 16 válvulas, 110 CV y 170 por hora de punta… ¡ya entonces!
En 1899, tras el fallecimiento de Adam, sus cinco hijos dan el paso definitivo: llegan los automóviles a la producción de Rüsselesheim, Opel se convierte así en uno de los pioneros de esta actividad.
A mediados de enero de ese año 1899, Opel adquiere a Friedrich Lutzmann (de Dessau) la «Anhaltische Motorwagenfabrik»… con el «Patent-Motorwagen System Lutzmann» arranca la producción automovilística en la casa madre de Rüsselesheim. En 1906 se firma el primer millar de vehículos, aunque el despegue definitivo llegará un año después: Opel es nombrado proveedor oficial de la Corte Imperial, lo que tampoco empece para el fabricante democratice también el automóvil con su célebre «Doktorwagen» 4/8 CV —el coche del médico— de 1909.
Durante las siguientes décadas, Opel creará ‘tendencias’: confort, seguridad y nuevas tecnologías.
Si hace 160 años Adam Opel consiguió complacer a todos con sus máquinas de coser, también hoy la marca aporta una moderna movilidad, con superventas como el Corsa y el Mokka; el trío de comerciales ligeros, Combo, Vivaro y Movano (eléctricos) o los Grandland y Astra (híbridos enchufables); una gama de propulsión alternativa, que Opel complementa con el Vivaro-Hydrogen.
La historia… continúa.
Kadett… primer compacto moderno. Todo un superventas, junto con el Corsa, el Kadett cumple 60 años… en plena forma, hoy convertido en Astra. Uno de los impulsores del ‘milagro alemán’, con filosofía de coche asequible y familiar, el Kadett arrancó su producción en 1936: capacidad para 4 pasajeros y bajos costes de mantenimiento; incluso puede presumir de haber creado una nueva planta productiva en Bochum (1962, Kadett A) y, eso también, de construirse con solamente una docena de piezas principales que, como sus paneles laterales, estaban hechas de una sola lámina de acero. A partir de ahí… la historia también ha continuado con diversas versiones motorísticas y de carrocería. La gran apuesta del pionero Kadett… tapón del depósito de combustible instalado en el exterior; innovación que ya había explorado, sin éxito, algún que otro fabricante alemán en la época: «Nunca tendrás olor a gasolina en el maletero»… irónico mensaje de Opel a Wolfsburg.